En el reverso de la caricaturización hacia la burguesía y las celebradas fantasías en torno a un revanchismo social mostradas en comedias como Nosotros los Nobles o Malaventura, las cuales terminaban siendo una recolección de modismos, conductas y manías clasistas; se encuentran otras cintas contemporáneas que retratan con mayor fidelidad – y también de forma más repelente -, a aquella esfera absorta en sus privilegios, como la curiosa provocación sexploitation Me Quedo Contigo y su cuarteto de chicas que trastocan de forma estridente las relaciones de poder, o Los Herederosy su grupo de adolescentes acostumbrados a la crueldad e impunidad. Ese también es el caso de Los Muertos.
El segundo largometraje de Santiago Mohar Volkow es una crónica de una fiesta infinita protagonizada por vulgares, decadentes y ociosos jóvenes; la cual lentamente es contaminada por la realidad proveniente del exterior. A propósito del estreno esta semana del filme surgido tras el regreso de una estancia europea y en donde el país había cambiado, conversamos con el director acerca de cómo se ve reflejado en los personajes de este fresco generacional.
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Cinema Móvil: La colisión de clases y realidades no es algo desconocido. ¿Con qué te encontraste en forma particular a tu regreso a México que te inspiró para la creación de tu película?
Santiago Mohar Volkow: “Los Muertos se gestó hace casi cuatro años cuando regresé a vivir a México con muchas ganas de hacer una película que me ayudara a organizar diferentes pensamientos y sentimientos que tenía del país y encontrarles sentido, sobre la forma que yo había vivido personalmente la violencia y el crimen, y cómo interpretaba la vida de las personas con las que había convivido antes de irme así como la manera en que estas habían evolucionado.
«México es definitivamente un país, como muchos otros de Latinoamérica y en general del tercer mundo como le dicen, en donde las diferencias de clases sociales son muy evidentes en la vida cotidiana. Yo sólo quería ver de qué manera la violencia se acomoda tan drásticamente y convive con esa realidad.»
¿Cómo podemos ver a Los Muertos? ¿Como una crítica, una denuncia, un retrato?
“No diría que una denuncia porque habla de algo de que todo mundo ya sabe y tampoco pretende ser una acusación directa hacia alguien. Sí es un definitivamente un auto retrato y también es un testimonio. Y es que intelectual y emocionalmente es más fácil hablar de lo que te pasa y de lo que conoces. Todos esos personajes representan una parte de mí, la cual no me cae bien, pero creo que no puedes reprimir esas cosas sobre todo si las quieres cambiar.»
Platícame acerca de la estructura narrativa – con su serie de viñetas -, la cual se homologa con la fiesta y el estado de ánimo de los personajes.
«La película está estructurada en torno a tres partes y la idea era variar el tono estilístico en cada una. La primera parte es barroca, satírica, con un uso exagerado de música y diálogos, y en donde no sabes a bien quién es realmente el protagonista. La segunda parte es más naturalista, más depurada, en la que ya hay menos personajes y movimiento, y donde queda claro qué sucede. Y ya en la tercera parte todo cobra un significado digamos más simbólico. Pasamos así de lo absurdo a lo íntimo.»
En la película existen un par de leit motiv: una misma secuencia contada desde dos ángulos distintos y el plano secuencia. ¿Cuáles eran las funciones que deseabas adjudicarle a estos recursos expresivos?
“Cada vez que se repite la historia es debido a una caída: la caída de la piedra que arroja la señora desde el puente peatonal al principio de la película [para provocar el asalto al chofer de uno de los personajes], la del jarrón y de los muebles [ambas dentro de la primera fiesta en una casona] y finalmente la del personaje que muere [en la última fiesta realizada en una casa de campo]. La idea con esa insistencia era generar atención al movimiento, la acción es muy violenta, en un segundo las cosas cambian. Cuando hay esa muerte, la película cambia completamente y en los últimos veinte minutos ya no hay diálogos.
«Y los planos secuencias tenían la intención de seguir a estos personajes para de alguna manera irlos haciendo equivalentes porque es el mismo tipo de plano por cada uno de los ellos y comparar la manera en que en ese momento se encuentran.»