En pocas ocasiones tenemos la oportunidad de ver dos materiales fílmicos derivados de una misma historia, con tan poco tiempo entre ellos. Esto podría jugar en contra de la historia por varias razones: puede ser repetitivo, menos sorpresivo y con innumerables comparaciones innecesarias.
Aunque esto sucede en un par de ocasiones en Team Foxcatcher (Jon Greenhalgh, 2016), el nuevo documental de Netflix tiene un carácter complementario con su antecesora Foxcatcher (Bennett Miller, 2014) al ser capaz de brindar al espectador un punto de vista, quizá más objetivo, sobre el caso real del multimillonario John du Pont y el infame asesinato ocurrido en su granja para atletas, Foxcatcher.
En su hora y media de duración, Team Foxcatcher se dedica a explorar dos líneas muy bien definidas: la situación de la lucha libre en Estados Unidos, y cómo esto influyó para que el gremio confiara en el magnate John du Pont, de quien se cuenta una serie de importantes antecedentes con lo cual, entre ambas historias, logran construir un interesante entramado de causalidades que revelan la verdadera complejidad del asesinato cometido en la propiedad de du Pont.
Uno de los puntos más débiles de su cinta hermana Foxcatcher, además de la poco convincente caracterización (que no actuación) de Steve Carell, fue el fallido intento de construir una situación en la que los actos de John du Pont tuvieran un motor convincente, aún tomando en cuenta su salud mental. Es perceptible la falta de cordura y de atención en este personaje, que da mucho margen para que una cinta pueda profundizar, pero sólo se quedó en la superficie, enfocándose más en los roles de Channing Tatum y Mark Ruffalo (este último, no obstante, con una razón muy justificada).
Estas carencias son las que el documental logra mitigar, debido a los testimonios obtenidos por sus realizadores, que en conjunto dan al espectador una fotografía completa sobre el ambiente respirado en la granja Foxcatcher, y el debate en el que se encontraban sus ocupantes: aguantar la tímida excentricidad (si cabe el término) de John du Pont, con el único objetivo de favorecer a la lucha libre y lograr ganar los Juegos Olímpicos. Estas declaraciones, sumadas a entrevistas previamente filmadas con du Pont y demás material sobre los momentos del disparo, enriquecen la historia y, por primera vez en pantalla, se siente completa.
Team Foxcatcher se sostiene por sí sola como un material documental sobre John du Pont y lo ocurrido en su granja Foxcatcher, y además logra complementar lo mostrado en pantalla por su antecesora Foxcatcher. Testimonios puntuales y un trasfondo apropiadamente construido sobre el magnate du Pont, que ayudan a tejer un ambiente tenso (aun cuando se sepa cómo terminará todo), es lo que el espectador puede encontrar en la nueva producción de Netflix.