Hace no demasiado tiempo, un profesor de la universidad relataba cómo en algunas partes de Ciudad Universitaria se realizaban videoclubs que tenían sus noches estelares cada que algún académico o alumno regresaba de Europa con filmes de Ingmar Bergman o François Truffaut (por mencionar algunos), ya que se exhibían en público y luego se facilitaban a él para que pudieran hacer las copias que quisieran, para compartirlas con otros compañeros o venderlas.
“Era la única manera de ver cine de autor en ésa época aquí”, relataba mi ex profesor sobre el inicio de los setenta, si mi memoria no me falla, lo que hace que inevitablemente nos preguntemos sobre la dimensión de las plataformas de Video On Demand (VOD), vía streaming como Netflix, en el mundo del cine.
Ante el reciente anuncio de Turner Broadcasting y Criterion Collection sobre su propio servicio enfocado en cine de autor, llamado FilmStruck y al que podremos acceder a final de año, lanzamos la pregunta: ¿qué oportunidad representan estas plataformas para el cine alejado del mainstream?
A pesar de su relativa novedad, este segmento ha tenido un veloz, casi agresivo crecimiento. Mientras que en el 2010, 30% de los consumidores de estos servicios veía contenidos en estas plataformas al menos una vez al día, para el 2015 esta proporción pasó a 50%, lo que se traduce en al menos seis horas a la semana para ver películas o series, según el estudio “TV and media 2015. The empowered TV and Media Consumer’s Influence”, de la empresa de telecomunicaciones Ericsson.
Aunque este mercado llegó tarde a México, lo hizo de lleno y actualmente en el país operan 14 plataformas digitales que ofrecen diferentes tipos de películas. “Si bien Netflix y Claro Video concentran más de 90% de los suscriptores, existen múltiples nichos de público para la cada vez más amplia diversidad de contenidos, lo cual permite consolidar la presencia de distintas cinematografías”, detalló al respecto el Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2015 del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE).
Según el documento, el cine mexicano sigue posicionándose dentro de esta oferta, en buena parte debido a la creación de tres plataformas digitales públicas: FilminLatino, Pantalla Digital Cinema México y Pantalla CACI, cuyo objetivo es posicionar el cine mexicano entre el público (tal como demuestra FilminLatino, con el mayor repertorio nacional en estas plataformas: 355 producciones).
Sin embargo, ante esta oferta cabría preguntarse: ¿el público en México pagaría por ver estos filmes vía streaming?
La motivación más frecuente para contratar servicios de VOD es contenido que enganche al público a tal punto que quieran verlo más de una vez (65.8%), seguida de ofrecer el servicio como un regalo (49.5%), su alta calidad y experiencia de visualización (40.6%), que el contenido sea único o exclusivo (38.6%) y que se pueda acceder a él más rápido que esperar una descarga, a que llegue por correo o disponibilidad de renta en una tienda física (38.6%), según el estudio How consumers are changing the way they watch, de la consultoría PwC.
No obstante, estas tendencias favorecen más a las series que a las películas, y aún más que al cine de autor, tal como muestra el hecho de que 68% de los millenial (la generación que más consume estas plataformas) realiza binge-watching (lo que aquí conocemos como un maratón) de tres o más episodios en una sentada. Por si fuera poco, estas plataformas no son aptas para aquellos filmes que requieren de una mayor atención, como suele requerir el cine de autor, ya que 90% de los millenial hace otras cosas mientras ve algún contenido vía streaming, como checar sus redes sociales o textear, según el documento Millennials and the Mainstreaming of Digital de Deloitte.
Entonces, ¿cuál podemos suponer que sea el futuro para el cine de autor en las plataformas de streaming? Probablemente la tendencia que existe en los cines físicos se traslade a lo digital; es decir, la mayoría optará por el cine comercial y sobre todo por las series, mientras que el verdadero reto sería atraer al público sediento de nuevas experiencias cinematográficas a las plataformas digitales.
Varias estrategias se están empleando para ello, como los estrenos simultáneos de cintas nacionales en salas y plataformas digitales, tal como hizo FilminLatino con las cintas Viento aparte, de Alejandro Gerber; Manto acuífero, de Michael Rowe; Workers, de José Valle; La tirisia, de Jorge Pérez Solano, y Los ausentes, de Nicolás Pereda, práctica que también ha seguido Mubi en nuestro país.