Seleccionar página

Me Quedo Contigo 1 copiaUna película que consigue provocar fascinación o repulsión sin puntos intermedios. Un filme que puede ser visto como novedoso y arriesgado o simplemente como una irritante provocación. Una cinta que lo mismo se entiende como un comentario relacionado a los roles de género, que como una crítica al exacerbado desdén clasista que permea en nuestro contexto. Una ópera prima que puede calificarse como un curioso sexploitation, o como una comedia negra de diversidad sexual, o como un drama serio, o bien, como todo y nada a la vez. Se trata de Me Quedo Contigo, el incendiario debut de Artemio Narro, reconocida figura dentro del mundo del arte contemporáneo.

Presentada por su propio realizador como “Clueless meets Funny Games”, quizás sea la película mexicana que más discusiones acaloradas ha generado en los últimos dos años, al subvertir la representación formada por el imaginario colectivo en torno a la mujer en las relaciones de poder, el sexo y la violencia; ello en la descripción detallada de un enfebrecido fin de semana que vive un cuarteto de chicas pertenecientes a un estrato privilegiado – para quienes la brutalidad, procacidad, frivolidad e impunidad, no les es ajeno -, y que culmina con el secuestro a un arquetípico vaquero machista, en una vorágine de tortura, sadismo y locura.

A propósito del estreno en Cineteca Nacional por medio del sistema de la auto-distribución, conversamos con el director y el actor Iván Arana, acerca de cómo el discurso planteado los llevó a experimentar las situaciones virulentas en un tono cuasi documental, así como de los cánones que consideran se deben de romper en el cine:

Cinema Móvil: Habiéndote desenvuelto durante varios años en el ambiente de las artes visuales, ¿qué no te ofrecía este, para desarrollar tus ideas y tus inquietudes temáticas en esta ocasión?

Artemio Narro: “Decidí pasarme al cine al menos para este proyecto, porque no estoy pensando dejar las artes visuales, ya que era necesario, fue una válvula de escape, estaba muy ahogado en una estructura de mercado, yo mismo me metí en un aprieto relacionado con el estar haciendo durante varios años lo mismo porque me estaba dando para pagar la renta y un poco más; me sentí atrapado. Entonces un amigo productor [Renato Ornelas] me dijo ‘Haz una película, yo te ayudo. No se necesita mucho dinero, se necesita decidir a hacerla con lo que tienes, si tú tienes dos perros, tres amigos y un departamento vacío, ¿por qué no escribes para eso?’. Y me gustó la idea.

«En el proceso de tratar de desarrollarla de esa manera me acordé de una idea con la que coqueteábamos muchos años antes un artista español amigo mío, Antonio de la Rosa, y yo, acerca de los roles de género en el cine, las estructuras de poder, la violencia y los feminicidios en Juárez, esto porque en el proyecto en el que estábamos trabajando y por el que hablábamos estaba pasando en esta ciudad.

Me Quedo Contigo 5«A mí el cine siempre me ha gustado, he crecido viéndolo, pero mi acercamiento a este ha sido más desde la videoinstalación trabajando siempre con películas de Hollywood que yo mismo agarro y reinterpreto, he hecho experimentos con Gladiador, Apocalipsis Now, Rambo, Bambi, Dumbo, El Rey León, etc., y me pareció que había ciertos temas de los que yo quería hablar que no se podían hacer en una videoinstalación, no tenían la contundencia, sobre todo porque creo que en el cine tú haces un contrato como espectador en el que te estás dejando secuestrar por mí como autor, quedándote atrapado durante dos horas, y ese acuerdo puede terminar siendo como el Síndrome de Estocolmo, donde sales de la sala y amas a la película, aunque te haya secuestrado. Ese contrato no pasa en el arte, tú pasas en una exposición y te puedes seguir de frente por los cuadros, no necesitas quedarte, son diferentes medios de dedicar tu atención y generar un contrato.

«Entonces en ese sentido para mí me pareció interesante hablar de temas de los que yo ya había hablado como artista visual, pero desde un punto extremadamente narrativo, y experimentando en otros niveles.»

Tenías como acercamiento al cine tu segmento para Sábado Distrito Federal ¿cierto? (en el que se recrea una típica charla entre amigos, más etílica que intelectual en una cantina cualquiera en la que van recordando y trastabillando ciertas anécdotas patéticas).

“Bueno, eso fue después. Yo estaba editando Me Quedo Contigo cuando me invitaron a participar en Sábado Distrito Federal. Fue en una Cabaret, mi segmento, resultó ser un ejercicio interesante, recibí muchos comentarios en relación a esa necesidad de que el cortometraje cuente una historia a fuerza y haya acciones. Yo decidí hacerlo al revés, tener una sola acción donde cuento cuatro historias sin que estas se vean. Me gustó ese juego, me pegaron horrible también por eso, y me di cuenta que en el cine hay muchos cánones que romper como se han roto en la pintura y otros medios.»

Sobre todo en la segunda mitad de la película, relacionada con el sometimiento sexual y la tortura al vaquero, es notorio que la dinámica va enfilada a la improvisación. ¿Por qué optar por esta metodología?

“Hay un punto casi documental en el sentido de que cuando decidí hacer las acciones tan largas y de principio a fin sin cortar, tenía que ver con el vivir ese momento violento todos. No fue decir ‘Aquí tú te vas a acercar y le vas a pegar, cortamos a ver cómo se le voltea la cara’. No, aquí era ‘Tú le vas a pegar con lo que ello conlleve’. Entonces de pronto ellos empezaron a tener sus dinámicas y sí le pegaban más de la cuenta. Incluso, llegó el momento en el que Iván me dijo ‘¡Ya, diles que le paren!’. O cuando cambiábamos el emplazamiento de la cámara, lo dejábamos amarrado, entonces, ¡imagínate cuanta rabia estábamos haciendo que se guardara! Durante todo el rodaje no había habido roces y gritos hasta ahí, todo era real. Creo que logramos llegar a un punto, entre la novatez y la propia situación, más arriba de lo que me esperaba, cuando lo veo en pantalla sí digo ‘¡Wow, sí se pasaron, sí me dieron lo que yo quería y creía que no iba a pasar!’. Yo creo que dos días más y eso se hubiera salido verdaderamente de control.

«Creo que sí fue un ejercicio de tensión muy loco, yo no sé si la próxima película vaya a ser así de desfasada de violencia, quizá será desfasada desde otro punto, pero sí entendí que cada película requiere un manifiesto distinto. Al menos en mi caso, el ejercicio de hacer cine requiere más cosas que llegar, decir acción, corte y tomar anotaciones, es un ejercicio de demencia colectiva. Se debe de vivir la ficción, pero también experimentar la situación. Si la siguiente película es tranquila, entonces pasémosla bien, si es aún más al borde, a ver quien se anima. Justo por eso prefiero trabajar con poca gente.»

Iván Arana: “Para la segunda mitad estuvimos cuatro días enclaustrados en un sótano y sí estuvo pesado, como lo hemos comentado en otras entrevistas, sí hubo roces, tensión, incomodidad, desesperación. Los sentimientos que ves en la película son reales, yo terminé diciéndoles a las actrices ‘¡Ya, déjenme en paz!’. Yo había estado del otro lado interpretando personajes que jodían, y ahora, estar ahí atado, psicológicamente fue muy fuerte para mí, pero Artemio se encargó muy bien que de alguna manera yo siguiera con esa incomodidad y que se plasmara en la película, y es lo que me gusta.»

Me Quedo Contigo 6Si bien son de tonos completamente opuestos, Me Quedo Contigo y Fue en un Cabaret se comunican en el hecho de que para sus respectivos personajes lo que les ocurre o lo que relatan, representa sólo un fin de semana más. No existe consecuencia, cruda, remordimiento.

Artemio Narro: “En el cine me saca de onda aquello de ‘Vamos a hacer la gran historia que dura un año’. Me gusta pensar que cualquier anécdota puede volverse un evento cinematográfico, sólo es la manera en que la cuentes. Creo que estos espacios cortos de tiempo de pronto te dan para vivir esa intensidad, en un fin de semana con una persona puedes vivir lo que vivirías en un año de relación. Es como 29 Palmas de Bruno Dumont que pasa en sólo tres días y aquello se vuelve una podredumbre y termina muy mal.

«Me gusta esta idea de la escasa temporalidad del evento, no necesitamos contar la vida completa de los personajes, sólo pueden ser anécdotas. Es justo lo que te decía de Sábado Distrito Federal, ¿por qué sentirme obligado a ilustrar esa anécdota cuando no quería? Está esa idea de que como es un corto debo de demostrar que sé filmar una película, pareciera que es un casting para que alguien diga, ‘Confío en ti como director’. Al tener la opción de hacer el corto después del largometraje dije, ‘No, también vamos a hacerlo como un experimento estético, de postura y narrativo’.»

Revisando sus redes sociales, me doy cuenta que eventualmente se ha dialogado de otra manera con la película. Veo que para el lanzamiento del DVD en Europa, se está vendiendo como un sexploitation, con todo y portada morbosa.

“Sí, eso está ocurriendo en Alemania, pero por ejemplo en Escandinavia la toman como una película muy seria, aunque la manejan con una portadita un poco más cotorrona de cualquier forma la distribuidora [Njutafilms] es más seria que la alemana [ELEA-Media], la cual se dedica a estrenar puro cine de género, gore, slasher, exploitation y demás. En ese sentido, me parece bien que la película tenga su propia vida a partir del lugar y de cómo la gente la está interpretando. Aquí en México por ejemplo, estuvo en festivales como FICUNAM, Riviera Maya y Durango, pero también en Macabro y la próxima semana estará en el Mix.

«A mí me gustó mucho que en Alemania decidieran hacerla como una película de culto, porque estoy seguro que con esa portada, con ese nombre [Raped by Women], de pronto puede terminar siendo como un The Human Centipede o un A Serbian Film y que la comenten entre los freaks que viven con su mamá, y en cambio el señor intelectual que va a la Berlinale nunca se entere que existe. Puede llegar a ser interesante. En el festival de Rotterdam la película se tomó desde un punto demasiado serio, entonces un distribuidor la agarró para Holanda, Luxemburgo y Bélgica, pero resulta que en Bélgica se niegan a exhibirla porque les parece una película degenerada. Entonces han sido muy curiosas todas estas situaciones que le están ocurriendo a Me Quedo Contigo. Así que no me voy a meter, que la manejen como quieran en el país que la hayan comprado y vamos a entender cómo la ve el otro.»