Conversaba con una colega al ver la lista de películas que integran la sección oficial de este año: «Urge a los programadores contar con dos o tres jóvenes que contribuyan a encontrar nuevas voces y aproximaciones actuales que incluir dentro de la selección.» Y es que al parecer estamos viendo las mismas películas de hace 15 años: Jarmusch, Almodóvar, Mendoza, etc. Trabajos de irrefutable manufactura pero con discursos ya vistos y reciclados… ¿qué tal la decisión de abrir esta edición con Woody Allen y su Café Society?
Mi punto es que este año aparenta ser una antología de grandes éxitos del festival, en el cual Thierry Fremaux, delegado general del evento, convoca a sus mejores amigos cineastas. El ejemplo más reciente de esto se experimentó esta mañana cuando vimos The Unknown Girl de los hermanos Jean Pierre y Luc Dardenne, directores asiduos en la programación de Cannes y cuyo trabajo previo (la espléndida Dos Días, Una Noche con Marion Cotillard) se consideró una fuerte candidata para llevarse la Palma de Oro en el 2014.
The Unknown Girl terminó por ser una decepción. Al igual que las cintas firmadas por varios experimentados directores en esta edición, los Dardenne nos conceden una obra que ya hemos visto en el pasado. Tiene las particularidades que representan a este par de cineastas: un discurso social tajante, una puesta en escena por demás mesurada y una aproximación casi documental sobre los dilemas morales a los que se enfrentan los civiles en la cotidianeidad. La fórmula les ha funcionado espléndidamente (son ganadores de la Palma de Oro en dos ocasiones: Rosetta y El Niño), sin embargo su nuevo trabajo parece una mala imitación de su estilo.
La anécdota va de Jenny Davin (interpretada por Adele Haenel, al parecer la nueva sensación francesa en la actuación), joven doctora quien al hacer caso omiso a una llamada y no abrir la puerta de su consultorio, se ve envuelta en una ola de remordimientos pues al parecer se trataba de una adolescente africana buscando ayuda en un crítico momento, antes de aparecer muerta. Llevada por la culpa, Jenny se convierte en una especie de detective local pues está decidida a descubrir la identidad de la víctima.
La contradicción es un asunto que siempre ha incumbido a los hermanos Dardenne, sólo basta recordar su memorable debut con La Promesa, pero aquí sentimos una apuesta perezosa, con un acercamiento obvio a la temática de la injusticia social y económica en Europa, como si cada secuencia fuese diseñada para llevar al espectador por un sendero previamente transitado. Ejemplo de esto son las escenas de la vida diaria laboral afectadas por un acontecimiento extraordinario, una apuesta apreciada en varias ocasiones en la filmografía de estos directores.
La conclusión por demás melodramática y mal actuada, sólo confirma que The Unknown Girl es uno de los títulos menores en la filmografía de los cineastas.