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Finding_Dory_Textless_02Una de tantas cosas que nos ha enseñado el cine a lo largo de los años es que hacer una secuela de una película exitosa, en la mayoría de los casos, es algo completamente innecesario; sin embargo, existen unas cuantas excepciones a esta regla y podemos decir que sin duda una de ellas es la esperada Buscando a Dory, cinta animada que marca el regreso a la pantalla grande de la olvidadiza pez cirujano.

Ya han pasado 13 años desde la primera vez que vimos a Dory, en aquella ocasión estaba ayudando a su nuevo amigo Marlin a buscar a su hijo perdido, Nemo. Ahora la encontramos como la protagonista de su propia historia, una que primordialmente es acerca de la familia, el hogar y de no olvidar a tus seres queridos. La trama de la secuela nos coloca un año después de lo sucedido en la entrega anterior y se va desarrollando a partir del momento en el que la pez azul, poco a poco, empieza a recordar a sus padres.

La infancia de Dory (Ellen DeGeneres) es presentada efectivamente: Podemos ver cómo era de pequeña y conocemos más sobre su problema de pérdida de memoria, además de que descubrimos cómo era la relación que tenía con su familia. Todo esto hace que nos interesemos por saber más acerca de los padres de la protagonista, del lugar en el que vivía con ellos cuando era una adorable pececita que necesitaba confiar más en ella misma y de las circunstancias por las cuales han estado separados durante tanto tiempo.

Conforme avanza la película nos adentramos más en su historia y nos convertimos en los compañeros de Dory, Marlin (Albert Brooks) y Nemo (Hayden Rolence) a lo largo de un viaje en busca de respuestas, así como de un reencuentro con aquellos seres queridos que se encuentran en algún lugar. El camino recorrido lleva al trío a un instituto marino y, mientras la simpática pez sigue recordando cada vez más cosas de su pasado, nos encontramos con nuevos personajes de los cuales algunos resultan más importantes para el desarrollo de la trama y otros sólo están ahí para ser parte de situaciones divertidas, de esas que no pueden faltar en una producción familiar.

Esta vez, la variada oferta de personajes marinos incluye a un pulpo malhumorado pero de buenos sentimientos, un tiburón ballena con problemas de visión, una ballena beluga cuyas habilidades de navegación por sonido están algo estropeadas, un par de peces cirujano preocupados por su única hija y dos leones marinos sumamente perezosos, entre otros. Cada uno de estos nuevos integrantes del elenco animado aporta algo extra, todos están bien estructurados y poseen una personalidad propia, además de que sus respectivas apariencias son el resultado de un trabajo de animación de primera calidad.

Pixar está de regreso con otra gran película, demostrando que en el estudio siempre hay una razón que valga para hacer una cinta, incluyendo una secuela, y que no se trata sólo de hacer algo por hacerlo y nada más. Definitivamente, Buscando a Dory es el mejor largometraje animado estrenado en el 2016 hasta ahora.