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criminal poster alternativoCada vez es más común encontrarse con cintas que cuentan con un elenco envidiable pero que, sin duda, desperdician todo el talento reunido en pantalla. Hace poco lo vimos en Pacto Criminal (Scott Cooper, 2015) con Johnny Depp y un gran elenco, por mencionar un ejemplo cercano. Ahora, con Mente Implacable nos encontramos ante un caso similar, aunque a su favor debemos decir que esta sale más o menos bien librada por el simple hecho de tener algunas secuencias de acción bien orquestadas y con una buena dosis de violencia e impacto. Incluso su director, Ariel Vromen, en su anterior cinta The Iceman (2012) ya había contado con un gran elenco en su proyecto, al final quedó a deber.

Lo que más se pregunta uno al ver una cinta de estas características es ¿Qué le vio el competente elenco a este guión para aceptarlo? Y no es que sea una pésima película, pero sin duda no merece la presencia de actores consagrados como Gary Oldman, Tommy Lee Jones, Kevin Costner y algunos jóvenes famosos entre el público como Ryan Reynolds, Alice Eve y Gal Gadot; su trama y desarrollo serían más bien material para un Nicolas Cage, John Cusack, Jason Patric o cualquier otro actor caído en desgracia en los últimos años. El desperdicio de tanto talento en una historia desenfrenada, violenta y ridícula por momentos, se entiende al ver que la productora es ni más ni menos que Millenium Films, quienes ostentan el dudoso estandarte de ser una suerte de hija bastarda de la desaparecida y mítica Cannon Films, que tanto nos dio a los amantes del cine B en los años ochentas.

Bill Pope (Ryan Reynolds) es un agente de la CIA que muere mientras realiza una peligrosa misión en Londres. Su superior, Quaker Wells (Gary Oldman) recurre al Dr. Franks (Tommy Lee Jones) para que le traspase los recuerdos del agente fallecido a un violento e impredecible sociópata de nombre Jericho Stewart (Kevin Costner). Ahora Jericho continuará con la misión de Pope, no sin antes enfrentarse a una conspiración internacional y de paso irse sensibilizando y ablandando con sus nuevos recuerdos.

Una virtud que tiene esta cinta es que la mezcla de ciencia ficción y espionaje en una fusión competente, gracias a que la trama avanza rápido, en medio de escenas vertiginosas y violentas. Esto hace que algunos espectadores no presten tanta atención en los innumerables errores de lógica e inverisimilitudes que se presentan y que, créanme, son muchos. El imponente elenco también ayuda a distraer al público de todos estos hoyos argumentales, pues al tener a importantes figuras en pantalla la atención se suele centrar en su trabajo histriónico.

Es sin duda el apartado histriónico el que mejor funciona en el conjunto; Kevin Costner sostiene la cinta interpretando su acostumbrado papel de anti héroe silencioso y hosco, Gary Oldman se encuentra en piloto automático pero siempre es un placer verlo en acción y Tommy Lee Jones le aporta su acostumbrada gravedad a un personaje que por primera vez no es el policía persecutor o el mandamás de una agencia secreta. El elenco joven es quien menos luce pero esto es en gran parte por lo genérico de sus papeles, de ahí que ni Alice Eve, ni Gal Gadot sobresalgan, mientras que la aparición de Ryan Reynolds es más bien un cameo glorificado, así que no cuenta. Por cierto, da gusto ver en un proyecto de clase A al genial Scott Adkins, un actor inglés que seguramente es quién mejor pelea en la actualidad en pantalla y que si no lo han visto en acción les recomiendo buscar sus películas, aunque sean serie B pura y dura, la mayoría son bastante entretenidas, con secuencias de acción y combates cuerpo a cuerpo espectaculares.

Mente Implacable es una película de acción recomendada para amantes del género, aunque sin duda carece de una identidad propia pues su trama es una sucesión de clichés y situaciones vistas en mejores trabajos, caso de la saga de Bourne, de la que copia ciertos elementos. Sin duda su elenco y el hecho de que es entretenida de principio a fin la salvan del fracaso absoluto.