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sr-avila-season-3-25-hrLa primera vez que alguien me platicó sobre Sr. Ávila (Marcelo y Walter Slavich), puse una cara de extraño probablemente similar a la de varios de ustedes. Nunca había escuchado de ella y su argumento me daba una curiosidad morbosa: la historia de Roberto Ávila (Tony Dalton), un hombre de traje y corbata que laboraba en el sector asegurador de día, y era asesino a sueldo por la noche, una doble vida que le ocultaba a su familia sin titubeos.

Esta serie, original de HBO, atrapa desde su secuencia inicial de créditos, grandiosamente ambientada y musicalizada, ya que las dos temporadas hasta ahora conservan el mismo sello, el del thriller de acción de un gran gusto, que prescinde de la imagen del sicario mexicano a sombrero y botas por un momento para ponernos en los zapatos de un hombre que no puede olvidar sus demonios del pasado, y para ello se disfraza elegantemente de un asesino a sueldo.

Opté por este breve resumen ya que probablemente la mayoría no ha tenido la oportunidad de ver esta serie, ya sea por tiempo, o por prejuicios muy arraigados y justificados sobre la calidad de las series mexicanas, que hacen que nos digamos a nosotros mismos: “no vale la pena, siempre es lo mismo”, lo cual se acentúa cuando se pretende contar historias tan ambiciosas. Sin embargo, en esta ocasión la serie en cuestión merece una oportunidad, sobre todo ante una tercera temporada que pinta más fría y brutal que sus entregas anteriores.

*CONTIENE SPOILERS DE LA PRIMERA Y SEGUNDA TEMPORADA*

Ávila ya no tiene nada que perder. Eso nos quedó claro al final de la segunda temporada, que se asemeja más que nunca a quiebres y situaciones precipitadas que nos recuerdan mucho a Breaking Bad. De hecho, el personaje de Tony Dalton pareciera una versión más cruda de Gustavo Fring, con un pasado incluso similar y en un punto donde deben mantener un negocio millonario a pesar de tener empleados que quieren derrocarlos.

Al concluir la segunda ronda de episodios, Ávila se halla en un muy frágil status quo con el Consejo de Señores, ya que su manera de buscar el poder ha enfurecido a cada señor, lo que ha provocado un contrato colectivo en su contra. Sin embargo, en este regreso como el señor de señores, Ávila aún tiene una ardua tarea que arrastra desde la primera temporada, tal como sugirió Iván, su fiel asistente: ganar respeto.

Es por esta vía que la premiere de la tercera temporada (“En La Noche Ruge Un Payaso”) entra con fuerza, ya que todos los personajes adquieren nuevos y radicales matices: la constante paranoia de Ávila le llevará a ganarse el respeto de la manera más inesperada, mientras que Iván (Carlos Aragón) sufre las consecuencias de esta inseguridad al igual que Ana (Camila Selser), quien funge más que nunca como un agente de paz en la funeraria, mientras que el miedo hará que el Consejo quiera tomar medidas aún más brutales ante la toma de poder de Ávila.

Sobra decir que las magníficas actuaciones de prácticamente cada histrión se mantienen, así como el sofisticado nivel de producción que acentúa las emociones de sus personajes, a pesar de que en algunas secuencias todo pareciera transcurrir en slow motion. Por la dinámica de la premiere de esta temporada, nos atrevemos a decir que esta ronda de episodios será la que consolide a Sr. Ávila como una de las mejores series mexicanas en pantalla. Los seguidores pueden esperar un episodio a la altura de sus expectativas, mientras quienes aún no se ponen al corriente, deberían reconsiderar seriamente de lo que se pierden.