Era el año de 1982 cuando se publicó originalmente la novela infantil The BFG, escrita por Roald Dahl e ilustrada por Quentin Blake. Su historia se convirtió en una de las favoritas de muchos con el paso del tiempo y ahora ha llegado el momento de ver su adaptación cinematográfica de la mano de Steven Spielberg, quien se ha encargado de imprimirle su toque personal para reinventarla con la ayuda de efectos visuales y animación digital muy bien aprovechados para lograr que el conocido relato fantástico se vuelva real.
Sophie es una peculiar niña huérfana que gusta de echar a volar su imaginación y que deambula en las madrugadas por los pasillos del orfanato en el que vive pues tiene problemas para dormir. Durante uno de sus recorridos, y mientras está alerta para encontrarse con una bruja o algún monstruo que pudiera estar acechando, la pequeña alcanza a ver una sombra en las calles y a partir de ese momento comienza una aventura fantástica.
Nuestra protagonista conoce accidentalmente a un gigante amistoso que se dedica a cazar y crear sueños. Ante el encuentro, el gigante no sabe qué hacer con la niña y su primera reacción es llevarla a la “Tierra de los Gigantes”, un lugar en el que todo es enorme y en el cual, irónicamente, el gigante que le da título a la película es el habitante más pequeño, que debe aguantar los abusos de un grupo de seres monstruosos a los que sólo les importa dormir y comer humanos, así como evitar cualquier tipo de contacto con el agua.
El Buen Amigo Gigante nos hace testigos de la amistad que nace entre Sophie y el BAG (las siglas de Buen Amigo Gigante, como ella lo llama), un par de soñadores que no encajan del todo en los lugares en los que viven ni con aquellos que están a su alrededor, pero que se complementan mutuamente y se alientan el uno al otro para ser felices. Un abanico de situaciones llevan a ambos personajes a conocer a la mismísima Reina de Inglaterra, en un encuentro que resulta bastante divertido, durante un intento de advertirle sobre una terrible amenaza.
La película se caracteriza por ser una historia entretenida, tanto para los niños como para los adultos, que se centra en la amistad y que sirve como una invitación a nunca dejar de soñar. Vale la pena destacar el trabajo de la joven actriz Ruby Barnhill como Sophie, quien le imprime la inocencia adecuada y un toque de audacia al personaje; por su parte, Mark Rylance (ganador del Oscar por Puente de Espías) se luce como el gigante bonachón en una actuación que se ve complementada por el uso de la tecnología de captura de movimiento, otorgándole una apariencia muy similar a la que su personaje tiene en el libro en un trabajo que resulta entrañable.
El guión es una buena adaptación de la novela original y logra capturar su esencia; cada uno de los personajes cumple con su respectiva función y se nota que Spielberg estuvo a cargo. El director nos entrega uno de esos relatos fantásticos que solo a él pueden quedarle tan bien. Aunque la cinta queda lejos de ser una de las mejores en su notable y extensa filmografía, el resultado logra cumplir con las expectativas.