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freestate1El cine histórico suele dividir muchas veces la opinión del público y crítica, en gran medida porque es difícil balancear a la perfección los hechos reales con el entretenimiento “made in Hollywood”, razón que suele cobrar factura en este tipo de proyectos. Un ejemplo claro, sobre todo porque guarda ciertas similitudes con la cinta que nos ocupa, es El Patriota (Roland Emmerich, 2001) con Mel Gibson, un film entretenido, vibrante y lleno de acción, pero que en su parte histórica se queda muy lejos de la realidad, tomándose innumerables licencias en aras de darle más empaque a su ficción. Y aunque Lucha por la Libertad también flaquea en ese rubro al inicio, es justo decir que conforme se acerca a su tercer acto, la película de Gary Ross da un abrupto giro hacia lo didáctico e históricamente riguroso.

Newton Knight (Matthew McConaughey) es un granjero del sur de los Estados Unidos (uno de los sectores más racistas del país norteamericano), donde se convirtió en una leyenda debido a la valiente revuelta armada que orquestó en contra del Ejército Confederado durante la Guerra de Secesión. Harto de luchar por una causa con la que no comulgaba, Newton se alió con otros granjeros y lideró un pequeño ejército con la ayuda de algunos esclavos de color, llevando al Condado de Jones en Mississippi a independizarse bajo el nombre de Estado Libre de Jones.

A la par de la historia principal tenemos una sub trama ubicada muchos años después del relato principal. Ésta poco a poco va tomando sentido, aunque en lo personal la considero un tanto innecesaria, ya que saca constantemente al espectador de concentración respecto al eje principal, a pesar de que finalmente ayuda a puntualizar el mensaje de que nuestros actos siempre tienen consecuencias , mismo que se siente demasiado aleccionador y fuera de lugar.

El problema principal con Lucha por la Libertad es que la historia va perdiendo fuelle conforme avanza. Afortunadamente tiene como protagonista al siempre carismático Matthew McConaughey, que carga con la película incluso en sus pasajes menos inspirados. Una vez más estamos ante un proyecto en el que su actor principal (todavía en su afortunada racha post Mud: El niño y el fugitivo) aporta más que el resto de sus valores artísticos ya que, sin él como protagonista, sin duda la cinta perdería muchas de sus virtudes.

Entre los principales problemas de la película está la caótica dirección de Ross, que va y viene entre momentos que se ciñen demasiado a la historia, así como otros en los que intenta dar un espectáculo más comercial sin lograr un verdadero balance.

Además de McConaughey, Lucha por la Libertad cuenta con un buen cuadro de actores de reparto, así como un competente diseño de producción, vestuario, fotografía y sonido, aspectos que elevan el producto lo suficiente para que éste no quede en el total olvido pero que nunca logran abarcar sus carencias.

En conclusión, Lucha por la Libertad es un film dirigido para los fans de su actor principal y para aquellos que gusten de las lecciones de historia que de vez en cuando intenta dar la maquinaria de Hollywood, aún sabiendo que la mayoría de las veces los hechos son alterados con tal de ganar público y entregarle a este un espectáculo más llamativo.