Es fácil saber de qué va una película de Jackie Chan desde que vemos el póster: virtuosas peleas, escenarios extravagantes, algunas armas y villanos de nacionalidades ex soviéticas, un patiño torpe (cualidad que a veces el mismo personaje comparte), mujeres hermosas, además de un largo y conocido etcétera que, en el caso de Una Pareja Dispareja (Skiptrace, Renny Harlin, 2016) está muy lejos de ser la excepción.
En esta ocasión Jackie interpreta a Bennie Chan, un agente de la policía de Hong Kong quien se empeña en encontrar a El Matador luego de que éste asesinara a su compañero Yung (Eric Tsang). Tras varios años sin poder confirmar que un hombre llamado Victor Wong es El Matador, la pista para poder capturarlo la tiene accidentalmente Connor Watts (Johnny Knoxville), un apostador y estafador a quien Chan tendrá que proteger para finalmente vengar la muerte de Yung.
La historia y la dinámica de tener en pantalla al clásico agente determinado y al compañero torpe la hemos visto decenas de veces, sobre todo con Jackie Chan, cuya fórmula propia de Rush Hour pareciera no querer soltar. De ahí que esta historia, plagada de todos los clichés antes mencionados rayando en lo ridículo, no ofrezca nada novedoso.
Lo rescatable del filme viene de la mano de los acertados e ingeniosos stunts en las escenas de acción que básicamente son lo que conforma a Una pareja dispareja: un pretexto de casi dos horas para ver a Jackie Chan hacer lo que mejor sabe: pelear, escapar, evadir y crear situaciones chuscas que sueltan algunas risas genuinas, y que son las que verdaderamente mantienen al espectador al pendiente de lo que sucede en pantalla. A pesar de que bien podríamos sugerir que Jackie Chan se retirara, en ningún momento se percibe la vejez en sus movimientos, aunque sí en sus filmes.
Aquí vale la pena subrayar la falta de ingenio en la historia, ya que cae en un absurdo tal que recuerda a aquellas escenas de acción de Los Simpson con el personaje de McBain, particularmente a aquél corto escondido en varios episodios en el que busca vengar la muerte de su compañero Mendoza; es decir, la parodia de la parodia.
Si buscan alguna manera de matar dos horas viendo una película que no requiera de gran esfuerzo, Una Pareja Dispareja puede ser una buena opción, con escenas de acción entretenidas pero una historia tan sonada que al público más exigente puede provocarle una amplia sesión de rolling eyes.