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poster-pelicula-estar-o-no-estar¿Pueden coincidir los universos de novelas disímiles como Noches Blancas y Niebla para contar una historia de amor no correspondido? Esa es la propuesta de Marcelo González para su ópera prima Estar o no Estar (2016), en la cual un hombre cuarentón al buscar huir de su pasado y de una relación edípica, se asienta en una ciudad veracruzana donde nunca ocurre gran cosa, y una joven inmigrante ucraniana intenta abandonar ese lugar para esquivar un futuro convencional.

A propósito del estreno de la cinta, tuvimos la oportunidad de charlar con el realizador, así como con su pareja protagónica, conformada por los histriones Flavio Medina y Aislinn Derbez.

 

Cinema Móvil: Aunado a esa curiosa mezcla entre Fiódor Dostoievski y Miguel de Unamuno, durante la cinta aparecen referencias a obras como Cyrano de Bergerac o Hamlet. Inclusive el personaje principal participa en una suerte de juego metaficcional cuestionando lo familiar que le parecen varias situaciones de su propia historia. ¿De dónde surge el interés de integrar este imaginario literario?

Marcelo González: “Soy Director de Difusión Cultural del TEC de Monterrey, por ende estoy en mucho contacto con la literatura, la música y en general con todas las artes, creo que es algo que uno trae consigo y cuando llega el momento de tener un guión lo quiere plasmar ahí. Originalmente se trataba de una obra de teatro donde ya se entrelazaban estas dos novelas que me gustan, y ya en la película lo trato de explicar con el personaje principal quien al haber leído durante tanto tiempo a causa de estar enclaustrado con su madre, comienza a mezclar su historia personal con todo este bagaje que arrastra.

Cuando empecé a escribir lo que quería era hacer un guión a través de las relaciones a destiempo, los personajes se juntan en un momento que no era el indicado para hacerlo. Tenía una idea de donde quería llegar pero en realidad dejé que los personajes me fueran dictando lo que necesitaban, entonces los temas como el miedo a la muerte o la soledad surgieron porque los personajes lo requerían. Me han dicho que la película es muy humana, y creo que tiene que ver con eso, que no está tan planeado el guión, no tiene una estructura tan rígida”.

-Terminando de verla, creo que el tema principal de la película es el temor que nos impone el tiempo. Ustedes como actores ¿cómo toman este concepto para trabajar sus personajes?

Flavio Medina: “Creo que en la vida una de las cosas que más nos cuesta trabajo a los seres humanos es dejar el pasado atrás, entonces para mí fue muy interesante el involucrarme porque me identificaba, ya había estado ahí; creo que los actores por medio de los personajes evolucionamos, exploramos y exorcizamos cosas. Como Augusto, mi personaje es un hombre que le falta vivir en cuestiones de amor, debido a que todo lo que conoce es por medio de sus fantasías, y que está buscando liberarse, romper los patrones, me tuve que ir interiormente a un lugar verdadero y sensible.

Aunque también fue complejo asimilar el hecho que mi personaje puede estar con su soledad y que todo el tiempo se está haciendo preguntas, principalmente cuando eres alguien que vive en una ciudad con tanto movimiento, con tanta histeria, y que cuando llegas a tu casa lo único que quieres es olvidarte de todo”.

Aislinn Derbez: “Para mí es una película que tiene varias capas que habla de la vida, la muerte, las relaciones, el amor no correspondido, la soledad, te hace reflexionar mucho de estos temas. En el momento que la estaba filmando, hace tres años, mi vida y mi carrera todavía no daban un giro, entonces me identifico mucho con el personaje de Nastenka porque yo estaba por un momento similar, en esa búsqueda de ser libre, de poder expresarme ante el mundo, de encontrar mi individualidad sin ser etiquetada o estigmatizada por la familia de la que provengo, y algo no me estaba dejando, por lo que sí me marcó mucho”.

-¿Qué ofrecía Tlacotlalpan para narrar la historia que no tenía otro lugar?

MG: “Desde la escritura del guión, Tlacotlalpan siempre estuvo presente, conocía el lugar, lo había visitado varias veces y sabía que quería de este, su ambiente, sus espacios tan coloridos, su folclor, su música, y que estos contrastaran con el drama que están viviendo los personajes”.

AD: “Estar ahí pareciera como un viaje al pasado, el lugar está detenido en el tiempo, y eso me gusta porque es una realidad que se está viviendo en muchas partes de la república, es lindo retratar estos sitios a dónde no ha llegado la tecnología, la modernidad y este rush de la ciudad, por eso se trata de una película mucho más lenta, suave y profunda”.