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Tan sólo hace unas semanas reconocíamos caer ante el irreprimible atractivo que posee un melodrama romántico musical como lo es El Círculo Roto, cinta belga que ahora se encuentra en cartelera. En esta ocasión, nos toca revisar otra película de corte sensiblero titulada Empezar Otra Vez (Begin Again) dirigida por John Carney, realizador irlandés quien el 2007 nos presentó Once, una de las sorpresas bienvenidas de ese año, se trataba de una puesta en escena un tanto naturalista sustentada en el carisma de la pareja protagónica que funcionaba convenientemente a las mínimas exigencias de la sencilla historia.

Es claro que para Empezar Otra Vez, el director contó con más recursos tanto económicos como artísticos. Para empezar, la cinta está estelarizada por Keira Knightley, Mark Ruffalo, Adam Levine y Catherine Keener entre varios más y no un par de desconocidos actores como ocurrió en su ópera prima además de localizar la acción en el mundo de las editoras musicales de la ciudad de Nueva York. Empezar Otra Vez posee esas particularidades de fábula moderna que tenía Once (una película superior a la que estamos comentando) sin embargo, algo se pierde en el camino. La trama nos evoca un Nace Una Estrella para las generaciones del Spotify cuando Dan (un excelente Mark Ruffalo), productor musical atormentado y consternado por las nuevas ventanas de partición de las composiciones musicales, conoce una noche por azar a Gretta (Keira Knightley) aspirante a autora e intérprete en un bar karaoke de la gran manzana. El encuentro fortuito inspirará a que Dan se dé a la tarea de producir el album definitivo de la aprendiz, homenaje mismo a la ciudad de Nueva York.

Pareciera que Empezar Otra Vez honrara el espíritu de la música independiente, sin concesiones, libre de cualquier aprobación salvo la de los mismos autores sin embargo paradójicamente, las canciones creadas por ellos resultan de lo más sosas e inexpresivas. Knightley, aunque posee una atractiva presencia además de mostrar compromiso en sus distintas interpretaciones, nunca se ha destacado por su vehemencia y pasión en sus caracterizaciones. Es una actriz que funciona en determinado tipo de roles por lo que su Gretta deriva en una mujer un tanto apática quien pareciera repetir sus líneas de una manera invariable, algo muy distinto a lo que intenta proponer Carney en su película.

La historia está aderezada de subtramas dignas de una telenovela con la oposición del compromiso de los mismos actores. El eje de la película resulta Ruffalo quien personifica al alcohólico productor desobligado de una manera por demás graciosa transformándose en el verdadero protagonista de la historia. Deducimos que Carney pretende inyectar un dejo de realismo a sus urbanos cuentos de hadas, una faena nada fácil de lograr, sin embargo, Empezar Otra Vez escasea del elemento somático que destacó en Once, vaya me costó mucho trabajo entrar en la convención ilusa de que un par de soñadores pretenden revolucionar el mundo de la música con las herramientas que emplean Dan y Gretta. Incluso en este tipo de situaciones hipotéticas, se requiere de cierto sentido común.

Empezar Otra Vez no es una mala cinta, en absoluto, sin embargo les advierto que se requiere de empeño para entrar en el imaginario universo en el que habitan los personajes de Carney.

Por El Perro Andaluz / @CinemaMovil_mx