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la-noche-del-virgen“Hoy vas a follar quieras o no”. Este es el slogan de La Noche del Virgen, ópera prima de Roberto San Sebastián, una rara avis dentro del cine español de género, la cual en escasas semanas ha conseguido lo mismo que se escriban críticas enardecidas que la han calificado de ser ‘…un producto soez, escatológico, impropio y ofensivo’, que las salas donde se ha exhibido se conviertan en fiestas donde caben condones volando, máscaras, gritos, maldiciones, aplausos y espectadores cantando cual si de un karaoke se tratara, tal como ocurrió el pasado 5 de noviembre dentro del festival Mórbido, en su primera incursión en la Ciudad de México. Ahí, la función nocturna se convirtió en un evento donde se celebró la presencia de sangre, semen, mierda y vómito en aspersión, un hombre pariendo por el ano, un celular introduciéndose por una vagina, cucarachas, Paquita la del Barrio, brujería y mitología nepalí.

Al día siguiente de esa singular proyección me reuní con el realizador y su productor Kevin Iglesias en una cafetería de Álvaro Obregón para comentar a fondo acerca de este filme, que gira en torno a un pobrediablesco veinteañero decidido a perder su virginidad en los primeros minutos del año nuevo, y cuyo encuentro fortuito con una misteriosa y atractiva mujer más grande que él desembocará en una vorágine de sexo y locura.

-Cinema Móvil: Viendo el making of de la película me he topado con una frase que considero como una declaración de principios: ‘Ceder ante una eyaculación es ceder ante el sistema’. En ese sentido, ¿qué tanto les afecta como creadores la predominancia de la corrección política?

Kevin Iglesias: “Estoy de acuerdo con lo que dices acerca de la declaración de principios; normalmente como productor cuando lees un guión como el de La Noche del Virgen, dices vale, es una película realizable, con una estética interesante y que tiene personalidad, pero bueno vamos a eliminar estos elementos que pueden hacer que sólo consiga una clasificación para adultos, o que no pueda estrenarse o que no le interese a alguna televisora, pero entonces no sería más que una comedia romántica común y corriente. Hemos repetido mucho que nos gusta pensar que La Noche del Virgen es como si un personaje de American Pie se colara por error en una película de David Cronenberg; en ese sentido como somos una compañía productora bastante joven y era nuestro primer largometraje, lo que nos interesaba era aprender y hacer lo que quisiéramos independientemente de lo comercial que pudiera llegar a ser, o sea todavía no vamos a pensar en eso, hicimos la película como nos pidió el cuerpo y luego ya veremos qué sucede.

La limitante de la corrección política es relativa porque afortunadamente incluso una película como esta, tan descarnada, tan desacomplejada y tan diferente a todo, tiene su mercado; te diría que para una película de este tipo la incorrección política juega a favor; como nunca vamos a llegar a las grandes masas no tenemos nada que perder y vamos a ir a lo salvaje, estamos en un momento de nuestra vida en el cual nos podemos permitir hacer algo así, y vamos a intentar que a la gente que la vea no se le olvide, lo cual nos parece algo muy importante”.

Roberto San Sebastián: “Un ejemplo muy claro de la libertad que hemos tenido para poder decir ‘Vamos a hacer esto, nos gusta y tiramos para adelante’ es la escena de la paja con el álbum de fotografías, en ninguna otra circunstancia podríamos haber incluido los primeros planos de un pene mientras un tío se masturba”.

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-Que esa manera de abordar la película haciendo lo que les plazca es muy palpable, durante las casi dos horas, esta nunca para.

KI: “Que bueno que lo mencionas porque la duración de la película ha sido lo más criticado. Por ejemplo, en España el comentario generalizado ha sido ‘Que pena que una película que tiene momentos tan impagables o tan atrevidos sea tan larga como un día sin pan’ como si hubiera sido una especie de fallo nuestro por ser chavales y no saber cortar, y realmente no, parte de los chistes tiene que ver con el tempo y decir ‘Aquí pasan quince segundos, la broma funciona, vamos a estirarla hasta que deje de causar gracia y el público diga ¡Ya basta!’”.

-Como la secuencia de la placenta. ¡Puede llegar a ser exasperante para más de uno!

KI: “Con esa secuencia nos han dicho ‘Hubieran cortado a otros ángulos’ y yo les explico ‘No, es que no existen otros ángulos grabados’; no es que el montador sea malo, es que ese plano cuando se rodó estaba concebido para que fuera una opción única, o sea, queríamos a un tío arrastrando a otro durante tres minutos en un plano cenital y que se joda el público porque a nosotros nos parece muy gracioso ver cómo aquello se alarga y se alarga, y creo que ese tipo de decisión es todavía más arriesgada que si sale una polla o un vómito; en ese sentido es una película con la que hemos ido con todo, cuando empezamos a moverla hemos recibido muchas críticas incluso de programadores de festivales que nos han dicho ‘Yo quiero poner esta película pero es que dura dos horas y me va a ser muy difícil encontrarle un espacio’ y llegó ese momento de preguntarnos ‘¿Qué hacemos con este tema?’ y se decidió llevarlo hasta sus últimas consecuencias y creo que es parte de su encanto”.

-Si bien, conceptualmente se buscaba jugar con el tempo y sabotear las expectativas del espectador, de algún modo para representar el malestar e incomodidad del personaje, ¿cómo se desarrolló el trabajo de montaje, tomando en cuenta no sólo la situación o la duración, sino el hecho que se tiene a sólo dos personajes y un escenario?

RSS: “Mi gran miedo cuando estábamos rodando la película era que el hecho de tener a sólo dos personajes en una locación pudiera resultar aburrido y en realidad fue todo lo contrario, a medida que iba montando junto con Ibon Belandia Juaristi me sorprendía la manera en que funcionaba, sin embargo fue un proceso que duró bastante porque es una película complicada de pillarle el tempo”.

KI: “La ventaja de trabajar en una película tan a los márgenes de la industria es que basta que alguien diga en el proceso de montaje ‘¿Y si hacemos…?’ y que tres tíos se rían para que algo se incluya por más disparatada que sea la idea, cosa que normalmente no sucede ya que para tomar una decisión hay toda una cadena burocrática hasta que te dan el visto bueno. Por ejemplo, la secuencia de la paja sí estaba en el guión, pero aquello de que el personaje vea a la cámara y guiñe un ojo no estaba escrito y ni siquiera estaba filmado como tal, eso fue una cola que tomaron al decir acción, o los momentos del teléfono y el timbre que suenan insistentemente, o el incluir “Rata de Dos Patas” de Paquita la del Barrio, son algunos de los pequeños detalles que en el mismo montaje surgieron”.

RSS: “La película ha sufrido muchos montajes, se han ido puliendo muchas cosas, y ha sido un proceso que me ha gustado mucho sobre todo por ser muy orgánico, sin embargo hubo un momento en que se tuvo que parar el estar añadiéndole ocurrencias a cada secuencia sino seguiríamos montándola hoy día”.

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-De hecho, no lleva mucho tiempo que terminaron el último corte de la película, ¿cierto?

RSS “Sí, la película como tal la terminamos hace escasas semanas, de ahí nos fuimos a dos festivales en Estados Unidos [Columbus y Atlanta], después la Semana de Terror de Donosti, ahora Mórbido y cuando volvamos a España estará en un par de festivales más”.

KI: “De hecho Abraham Castillo [programador de Mórbido] la vio terminada por primera vez anoche. Mórbido tuvo una primera versión, y cuando le mandé una versión actualizada nos dijo ‘Me alegra que estéis avanzando porque nos gustaría incluirla’ pero ahí quedó la cosa, Abraham se fió de nosotros y hemos venido con el DCP directamente de Donosti”.

-Hablando de esta incipiente gira para presentar la película, es notorio un espíritu festivo y desfogable que se traslada a las proyecciones, con esta dinámica de condones volando, máscaras del personaje, gritos, aplausos…

RSS: “Algo que nos gusta mucho es que la película sea interactiva, y que exista esa sensación que estas en un concierto más que en una sala de cine, donde puedes hablar, gritar, reír, aplaudir, meterte con el personaje, cantar con el momento casi karaoke de Paquita la del Barrio; sientes todo el tiempo que la película está viva y que el público está muy involucrado en la proyección. En ese sentido, los pases de Donosti y Mórbido han sido similares”.

-Una experiencia colectiva que cada vez se vuelve más rara en una época en donde se acostumbra a prestarle atención al celular, a llegar tarde, o a tener muy poca paciencia con cualquier película.

KI: “Es mucho más divertido cuando existe perplejidad y notas que aquello que te está alucinando lo está haciendo con toda una sala estableciéndose esta suerte de vínculo con un desconocido con el que terminas diciendo ‘¡¿Qué mierda estamos viendo?!’. Nos gusta pensar que La Noche del Virgen es una película en la que el espectador entra sabiendo que se le va a putear y para no sufrir tanto la trata como a un amigo cabrón; nos parece muy divertido y honesto que la gente se queje y grite ‘¡Elipsis!’ o ‘¡Por favor, ya basta!’ esto nos gusta y creemos que es parte del sentido colectivo del cine, ojalá la podamos vender a Netflix pero será una pena que la gente la vea solo en su casa”.

-Sobre todo con esta nueva forma de ver las películas haciendo pausas constantemente.

KI: “Ver un pedazo de La Noche de Virgen y después parar sería hacer trampa (risas). Necesitas sentir el agobio, el hastío y las ganas de salir a tomar aire fresco”.

RSS: “Una de las cosas por las que más contento estoy es que cuando montábamos la película muchas decisiones se tomaban en base al público y a reacciones concretas que buscábamos provocar, y hemos descubierto que la gente se ríe o asquea incluso más de lo que pensábamos y eso ayuda a esa idea de ver la película en sala con mucha gente; ya si va a ser vista en una casa, que sea con amigos y cerveza, gana mucho si la ves borracho, de hecho la única forma que mole más que como pasó anoche es si en la sala todos estuvieran borrachos”.

KI: “No sé si haya sucedido que nosotros la hayamos visto sobrios alguna vez (risas). Pero con nuestra película descubres algo muy jodido, porque piensas que se está haciendo un tipo de humor que no le va a gustar a toda la gente, que sólo va a provocar risas nerviosas y no, de repente te das cuenta que la escatología es una cosa más universal de lo que parece”.

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-¿Cómo se concibió el look de la película, con esta discoteca oscura, decadente, y este departamento sucio, sórdido, incluso maloliente, el cual desde que lo ves hace que sepas que las cosas van a terminar mal?

RSS: “Desde un principio quería junto con la gente fotografía, de dirección de arte y vestuario que la película tuviera un look y tono atemporal, por ejemplo hay teléfonos móviles pero si no los hubiera la historia podría transcurrir en los años ochenta o noventa, inclusive aunque existe la referencia de que comienza el 2016 realmente eso no afecta al tono”.

KI: “Creo que el gran acierto de la película es precisamente el escenario en que ocurre porque aunque haya mucha escatología si la ubicas en un loft normal no funcionaría igual, el hecho de que tenga esta estética amarillenta, sucia, maloliente como dices, la dota de personalidad. Con lo de hacer referencia al año 2016, no sé hasta que punto se había pensado así pero viéndolo ahora está guay porque ya te ubicas en tu cotidianidad y de repente pareciera que se abre la puerta de un reducto a una dimensión aparte, a un pequeño infierno de cuatro paredes”.

-Me supongo que para un proyecto de estas características, la elección de actores fue un proceso particular.

RSS: “Nos costó mucho dar con la persona que buscábamos porque necesitábamos a un tío con un físico muy particular y que fuera difícil de olvidar, además de que entendiera muy bien el espíritu del proyecto, hasta que un día un amigo nuestro nos dijo que viésemos una película llamada Faraday ya que tal vez el protagonista podía servirnos, la vimos y Javier Bódalo encajaba perfectamente, lo contactamos, le mandamos el guión y en cuestión de dos días nos llamó diciéndonos que quería hacerla y la verdad es que la película es él, la lleva a sus espaldas durante las dos horas y creo que hace un trabajo brillante”.

KI: “Necesitábamos a alguien con una imagen de pringado con quien te preguntaras ‘¿Cómo este tío va a ligar con esta tía? ¡No puede ser que ella se lo lleve a su casa!’, la tía tenía que ser muy superior a él y a sus expectativas, que es algo que muchas veces pasa, vas por la calle, te topas con una chica despampanante, ves al novio y dices ‘¿Qué está pasando aquí? Algo está fallando’. Parecerá que lo digo para quedar bien, pero fue una suerte que Javier aceptara porque parece inconcebible esta película sin su cara, quizá si lo hubiéramos hecho con otro actor que no sea tan feo, tan enclenque, tan bajito y con una apariencia de tan poca cosa no habría funcionado igual”.

RSS: “Además Javier hace muy vulnerable al personaje, en cuanto lo ves ya estás con él a tope, desde la secuencia de la discoteca el espectador ya lo quiere”.

KI: “En el caso de Miriam Martín hay que decir que aunque no lo parezca el personaje de Medea para una actriz madura es muy complicado, se juegan mucho su carrera porque se le exige a nivel físico, tiene que comportarse de una manera muy guarra y lasciva, entonces Miriam a quien también llegamos gracias a un amigo le ha echado muchos huevos al prestar su imagen en un proyecto totalmente desvergonzado donde tiene que hacer pajas y dejar que le caguen en la cara”.

-Conforme van transcurriendo las dos horas de la película, uno va deduciendo cuáles son sus gustos cinéfilos, sin embargo una virtud que encuentro es que no se trata del típico pastiche de referencias. Resulta muy común en los festivales de cine de género entrar a una función y exclamar ‘¿Otra vez un homenaje a La Masacre de Texas? ¡Ya no, por favor!’. Como parte de los sucesores de esa generación española post-Ley Miró, existe una singularidad entre sus filias.

RSS: “A mí me gusta mucho con mis amigos hablar de películas y directores, sin embargo con La Noche del Virgen me cuesta mucho cuando me preguntan, el decirles exactamente qué referencias he pensado para hacer determinadas cosas porque ni siquiera yo las tengo muy claras. Creo que a medida que hemos ido levantando la película, esta ha ido adquiriendo su propia personalidad y carisma. Ya si te pones muy fino, de seguro que encuentras alguna película con una premisa parecida pero es de forma totalmente inconsciente”.

KI: “Resulta muy divertido como los críticos tienen esta especie de pulsión de buscar referencias todo el tiempo y con La Noche del Virgen todo mundo ha querido decir ‘Recuerda a…’, y han encontrado referencias desde los Hermanos Farrelly, David Cronenberg, los primeros Peter Jackson y Sam Raimi, en Estados Unidos inclusive nos compararon sorpresivamente con Almodóvar. Creo que las influencias en esta película más que a nivel de cita cinéfila u homenaje es más de coger pequeños espíritus”.

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-Si bien tú no escribiste el guión, ya has colaborado con Guillermo Guerrero en tus cortometrajes previos. ¿Cómo se da el trabajo con él?

RSS: “Sí, con él he trabajado en los guiones de mis cortometrajes previos, el de esta película y también los de otros proyectos que tenemos por ahí, el trabajo es muy mano a mano, estoy encima desde el minuto uno y todas las decisiones que él va tomando son consensuadas conmigo. En este caso, desde el primer tratamiento que él me pasó, el cual era de unas 15 o 20 páginas hasta el guión básicamente lo único que se mantuvo como tal era la idea del novio detrás de la puerta, que es lo que imposibilita al personaje a abandonar el departamento, todo lo demás fue modificándose en conjunto, y terminamos filmando durante 20 días”.

KI: “El grueso de la filmación ha sido de 20 días, aunque es verdad que ya posteriormente hemos grabado muchos insertos y pequeños detalles que ayudan a enriquecer el ritmo de la película, por ejemplo, la escena del ascensor la hicimos casi un año después, fuimos una mañana al vestíbulo de un edificio y lo rodamos. Y después está el prólogo, que es esta secuencia enloquecida con Ignatius Farray quien es un cómico de stand up muy famoso en España, que fue totalmente improvisada, comenzamos a grabar y este señor ya estaba haciendo gracejadas, la actriz Rocío Suárez que estaba a su lado le empezó a seguir el juego y terminó siendo un chiste alargadísimo acerca de la transmisión de las 12 campanadas de Noche Vieja, el cual pensábamos que nadie le iba a entender y gustar fuera de España”.

-Se entiende que todo es una parodia y el chiste es efectivo por lo hilarante y absurdo, como aquel momento en que señalan lo malo del guión, aunque probablemente casi nadie sepamos a quién están referenciando.

KI: “Es muy gracioso porque existe un personaje mítico en la televisión española más institucional que se llama Ramón García quien es el típico señor de los programas de concursos pero que es más famoso porque todos los años presenta las 12 campanadas de la Noche Vieja, siempre son Ramón García y Anne Igartiburu los cuales son símbolos de esta España un poco cañi, un poco cafre y es algo que pervive.

Este conductor es un señor bajito que siempre va con una capa, digamos que Ramón García y la capa son los elementos clásicos de las navidades en España, y de repente nosotros los hemos violado analmente con esta película al poner a un comediante grande, gordo que todo mundo le conoce, y que al tío realmente le estén llamando Ramón García en España ha sido de ‘¿Qué cojones es esto?’ y aquí en México simplemente es un señor diciendo tonterías”.

-¿Y él llegó a enterarse de esta referencia?

KI: “Sí, es que originalmente teníamos pensado que él apareciera haciendo una presentación común y corriente emulando las 12 campanadas sin ningún tipo de chiste, iba a ser una cosa de un minuto y medio para introducir y ubicar, pero no logramos tenerlo, y no queríamos poner a otro actor haciendo de otra persona porque ya no iba a tener gracia, era más chistoso poner a Ramón García en una película de este tipo, y a partir de ahí empezó el delirio de ‘¿A quién podemos llamar que sea totalmente distinto?’. Porque Ignatius Farray es un comediante de stand up muy provocativo, que se quita la camiseta en los shows, que sube a gente al escenario y les chupa el pezón, es alguien muy famoso y con un humor muy agresivo, la gente cuando lo veía y reconocía le causaba mucha gracia y se preguntaba ‘¿Qué cojones estoy viendo?’.

Por ejemplo este conductor es muy bilbaíno y de repente hemos puesto a un canario, porque los acentos bilbaínos y canarios son diametralmente opuestos, el acento canario es como seseando y en España es un chiste muy loco. De hecho ha habido una crítica que dice ‘La película comienza con el comediante Ignatius Farray interpretando a Ramón García en una escena de seis minutos, y a partir de ahí queda claro de que nada de lo que vamos a ver es normal’, en ese sentido, en España ha marcado muy bien el tono de la película”.