A Hollywood le encantan las historias de superación personal. El reflejo del «american dream» es algo que frecuenta las biopics producidas en esa industria y así, a través del cine como herramienta masiva, suelen glorificar la figura de personajes, sus carreras o empresas, muchas veces en aras de explotar a través de ellas el producto en cuestión, abogando por la empatía que el cine genera con las audiencias.
Bajo ese entendido, resulta curioso el caso de Hambre de Poder (The Founder, 2017), que se estrena esta semana en nuestro país y se enfoca en la historia real de Ray Kroc (Michael Keaton), un pequeño empresario de Illinois que, a punto de tocar fondo durante la década de los 50s, encontró en un pequeño negocio independiente el diamante en bruto que eventualmente dio nacimiento a uno de los más grandes imperios del capitalismo moderno: McDonalds.
En la actualidad, la ahora cadena mundial de comida rápida atiende aproximadamente a 68 millones de personas por día, en más de 36 000 establecimientos a lo largo y ancho del planeta. Con 119 territorios y países donde sus franquicias tienen presencia, McDonalds no sólo emplea a más de 1.5 millones de personas, sino que también se ha hecho de una fama rodeada de mitos y leyendas sobre la calidad de sus alimentos, que no necesariamente son del todo veneradas. Y aunque Hambre de Poder (2017) no busca ahondar en dichos temas (para ello, en todo caso, es interesante revisar el documental Súper Engórdame, de Morgan Spurlock) sí resulta interesante que esta película, dirigida por John Lee Hancock (El Sueño de Walt, 2012), busca desmitificar la idea de que su fundación se sustenta en los valores familiares y alimenticios que dicha empresa busca enaltecer.
Platicamos con el director sobre la realización de la película, la elección de Keaton en el rol titular, así como las intenciones detrás de retratar la historia de un personaje que, aunque carismático, refleja sin lugar a dudas la voraz y traicionera esencia del capitalismo que permitió a Kroc (el personaje titular) hacerse dueño de una de las empresas más importantes del mundo moderno, no obstante los dudosos métodos a través de los cuales logró su cometido.
-Cinema Móvil: Como cineasta, ¿qué te atrajo de la historia de Ray Kroc?
John Lee Hancock: «Cuando leí el guion de Rob Siegel (The Wrestler, 2008), me desconcertó que empezaba a sentir empatía por Ray (hasta el punto en que empezaba a cuestionar sus motivos and acciones), aunque al final pensé: ‘Creo que no me agrada este tipo’. Nunca había leído algo así. Sabía que sería todo un reto llevar esta historia a la pantalla, pero que sin duda era algo que mantendría mi interés durante el tiempo que tardé en hacerla.»
– ¿Que tan familiarizado estabas con la historia de los orígenes de McDonalds cuando empezaste a trabajar en ella?
«No mucho. Sabía que existían los hermanos McDonald y que eran de California, aunque asumí que Ray era alguien más importante de lo que realmente fue en los primeros años de la empresa. Hubo muchos elementos en el guion que no esperaba sobre él y eso fue interesante.»
– ¿Cómo fue el trabajo de investigación sobre la historia?
«Principalmente leí todos los libros que existían sobre el tema. También existía ya una investigación de ocho años que habían hecho los productores antes de mi llegada al proyecto, en lo que Rob Siegel (guionista) había estado incolucrado. También ayudó que las familias de los hermanos McDonald nos facilitaron grabaciones, fotografías y más materiales.»
– ¿Conociste a alguien de la familia McDonald durante el proceso de desarrollo?
«Sí. Conocí a Jason French, nieto de Dick McDonald. Tendría que hacer cálculos pero puedo casi asegurar que él era apenas un niño cuando Dick murió. Aunque tal vez sus historias no eran tan directas como las que podría haber contado el propio Dick, la realidad es que Jason pasó mucho tiempo en el set y nos ayudó a conseguir mucha de la información.»
– ¿Y cómo fue trabajar con Michael Keaton? Él fue elegido para esta película poco tiempo después de su papel en Birdman? ¿Cierto?
«Así es.»
– Eso debe haber sido una muy buena señal en cuanto a su elección…
«Absolutamente. Además siempre sentí que, como en Birdman, fue alguien que nos ayudó mucho a cargar el peso de la película. Traía la energía que deseábamos para el personaje, ¿sabes?. En Birdman se nota que le pusieron el peso encima y le dijeron: ‘Esta película irá en la dirección que tú la lleves’. Siento que algo similar pasó con Michael en esta película. Su energía fue una parte importante de cómo trabajamos, incluso como equipo de producción detrás de la cámara.»
– ¿Y cuál es tu opinión respecto a Ray Kroc? Mencionaste que, al leer el guion, llegaste incluso a sentir simpatía por él aunque hacia el final…
«Es que yo no lo llamaría malo o un villano. Simplemente creo que no estoy seguro si sería alguien con quien podría llevarme bien. Que es algo muy distinto. Porque hay amigos de Ray que cuando hablan de él dicen: ‘Era mi amigo. Me caía bien, aunque era un cretino’. Así que eso es lo que era. Siempre creí que esta película era una especie de test de Rorschach, donde la gente traerá su propio bagaje y sacará de la película una opinión muy personal a través de su visión particular. Después de verla he escuchado a mucha gente decir: ‘Ray Kroc era un monstruo’. Pero también hay quienes dicen: ‘Hizo lo que tenía que hacer para que se realizara su visión’. También hay gente con opiniones más encontradas. Eso es algo que me encanta. Lo peor sería hacer una versión del personaje que fuera totalmente positiva y glorificada para atender necesidades corporativas de la empresa. Pero eso es algo que me resulta muy aburrido.»
– Para ti, ¿cuál es el corazón de esta historia? ¿Es acaso algo más allá que solamente el nacimiento de la industria de la comida rápida?
«Claro. Aunque sí existe ese lado de la película, también creo que es una biopic sobre Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Tal vez suena un poco cursi verlo así pero, aún así… Era una época en la que nos sentíamos victoriosos. El país estaba creciendo. Todos tenían trabajos y una actitud que decía, ‘queremos las cosas y las queremos ahora’. La conveniencia se convirtió en nuestro mantra. Podías estar en la lavandería, ver una maquina expendedora de pays de limón, meterle una moneda y tenerlo de inmediato. Es algo que desde entonces nos encanta. Fue a partir de esa mentalidad que Dick McDonald creó la comida rápida.
Pero la película refleja también otro tipo de capitalismo. El capitalismo de las ideas, donde la mejor idea es la más exitosa si le imprimes trabajo. Se trata sólo de hacer dinero a través del esfuerzo. Pero al final de la película vemos otro lado de esa moneda, donde no importa si se trata de una idea propia o no. Lo que importa en esa versión del capitalismo es que te alíes con banqueros y gente de finanzas. Ese es otro tipo de capitalismo… Así que, en cierta manera, mientras el deseo de los McDonald y de Ray era hacer dinero por igual, lo llevaron al extremo. Como si le hubieran inyectado esteroides a la fórmula. Ray tenía una visión aún mayor y más ambiciosa. No sé qué hubiera pasado si los hermanos nunca lo hubieran metido en la ecuación. Tal vez se trataría de una empresa como In-N-Out (una cadena mucho más modesta de hamburguesas en Estados Unidos).»
– ¿Y en cuanto a McDonalds? ¿Han tenido alguna postura al respecto de la película?
«Ninguna.»
– ¿Cooperaron o trataron de interferir?
«No, no… De entrada, nunca esperamos ni buscamos su ayuda. Fue algo que teníamos claro desde el principio. Me han dicho que hubo un periodista que les mandó el guion al principio del proceso, mucho antes de filmarla, esperando algún tipo de reacción. Pero nunca respondieron admitiendo que habían recibido el guion. Su respuesta fue muy genérica. La parafraseo: ‘Ray Kroc era un hombre fascinante y talentoso. No nos sorprende ni un poco que alguien se interesara en hacerle una película’. ¡Boom! Eso es todo lo que McDonalds ha dicho sobre esta película.»
Hambre de Poder estrena en México este Viernes 17 de Marzo a través de Diamond Films México.