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Por Fernando Santoyo Tello / @FdoSantoyoTello

Las antologías de terror han tenido un resurgimiento en años recientes. En los ‘80, con proyectos como Creepshow (1982) y Nightmares (1983) estas antologías ganaron popularidad, pero desde títulos como V/H/S y The ABC´s of Death (ambas de 2012), una ola de este tipo de productos volvió, inundando el mercado doméstico de películas. Unas mejores que otras, algunas aprovechando festividades o temas para unificar los relatos, como la Navidad en A Christmas Horror Story (2015), la Noche de Brujas en A Tales of Halloween (2015), y demás días feriados en Holidays (2016).

Con cada nueva antología de terror se busca sorprender al público con alguna particularidad que las diferencia del resto. Como ejemplo, recordemos que hace poco salió directa a video la antología Galaxy of Horrors (2017), que se caracteriza porque cuenta historias espaciales, lo cual le da un punto de originalidad a su favor. Al igual que ésta, la nueva XX: Pasión por el Horror (2017), tiene como aspecto característico el hecho de que las cuatro historias que relata son dirigidas por mujeres, siendo así el primer recuento de este tipo enteramente realizado por exponentes femeninas.

En esta ocasión nos topamos con cuatro relatos que no tienen un hilo entre si, salvo que son proyectos con mujeres detrás de cámaras. El primero de ellos es The Box, dirigido por Jovanka Vuckovic, antigua editora de la famosa publicación de terror Rue Morgue. En esta historia seguimos a una familia, en la que el niño más pequeño deja de comer después de ver lo que hay dentro de una caja de regalo que lleva un enigmático anciano en el metro, contagiando después a los demás miembros de la familia, que también dejan de consumir alimentos sin más. Este relato es inquietante y plantea un interesante misterio, combinado con algunas escenas extrañas que lo hacen más perturbador, aunque desgraciadamente su desenlace es anticlimático y se siente incompleto, en lugar de ser ambiguo y desconcertante como evidentemente pretende ser.

El segundo relato lleva por nombre The Birthday Party y es dirigido por Annie Clark, mejor conocida por ser la cantante de St. Vincent. Aquí encontramos el rostro más conocido del elenco, en Melanie Lynskey, quien entrega un buen trabajo en una historia que aspira más a ser una comedia (muy negra), en la que una madre hará hasta lo imposible porque su pequeña hija tenga un cumpleaños increíble, buscando evitar que termine arruinado por una muerte inesperada. En su contra podría señalarse que algunas situaciones son por demás inverosímiles, aún en los terrenos del humor negro, pero sin duda es uno de los segmentos mejor logrados, no obstante sus escasas dosis de terror.

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La tercera historia es Don´t Fall, por mucho la mejor de esta antología, lo cual es comprensible al ser dirigido por Roxanne Benjamin, quien no es una desconocida en este tipo de trabajos, ya que ha fungido como productora de otras antologías de terror como la de V/H/S y Southbound, ambas de las mejores dentro de este sub género. En este segmento vemos a un grupo de amigos que están de excursión en las montañas, hasta que sin quererlo una de las jóvenes despierta un antiguo demonio que les hará pasar una noche de pesadilla. Con un tono cercano a Evil Dead (Sam Raimi, 1982), este es el corto más terrorífico del conjunto y el único que se salva en realidad, ya que los demás son más bien decepcionantes.

Por último, Her Only Living Son es el más decepcionante del conjunto, sobre todo porque viene firmado por Karyn Kusama, quien alguna vez se perfiló como la directora más experimentada del conjunto, ya que ha dirigido cintas como la irregular Jennifer´s Body (2009) con Megan Fox y The Invitation (2016), un tenso y muy eficiente thriller que fue una muy agradable sorpresa el año pasado. En su relato, Kusama recurre a una historia sobre el hijo del diablo, tratando de seguir la estela de clásicos como; La Profecía (Richard Donner, 1976) y El Bebé de Rosemary (Roman Polanski, 1968), aunque desgraciadamente se trata de un tema que aquí se siente redundante y tedioso para el público actual.

Como plus, entre cada segmento tenemos una animación en Stop Motion realizada por la mexicana Sofía Carrillo, quien ha fungido como directora de arte en algunas cintas y cortometrajes mexicanos.

No obstante sus fallas, da gusto encontrarse con trabajos de esta manufactura, en donde un grupo de mujeres pueden volcar su talento y sus inquietudes en un género que sigue erróneamente asociándose a hombres directores, lo cual nos demuestra que la diversidad es necesaria y da pie a trabajos interesantes. Resulta una lástima que la calidad del conjunto sea tan dispar ya que, aunque esto comúnmente sucede en estas antologías, ésta en particular hace más evidentes sus carencias. Ojalá en un futuro tengamos más de este tipo de trabajos, hechos enteramente por mujeres, en los que podamos ser testigos de su voz y su visión. Con suerte, será un proyecto que balancee mejor sus ingredientes, para que el resultado sea menos irregular.