Por Oscar Uriel / @OscarUriel
La primera jornada de la edición setenta del Festival de Cine de Cannes podría resumirse en una acalorada conferencia de prensa protagonizada por dos de los miembros del jurado. Por lo general, este acontecimiento resulta de los más aburrido, puesto que la circunstancia siempre está delimitada por la política y convención del festival. Pero hoy fue la excepción. Por un lado estaba Pedro Almodóvar, quien funge como presidente de la agrupación, y del otro el actor Will Smith, polémico miembro del jurado. Ambos se vieron involucrados en una desavenencia con respecto a las recientes direcciones impuestas a las producciones en competencia respaldadas por plataformas digitales, las cuales tendrían que presentarse desde ahora en pantalla grande, por lo menos en Francia. Pero vayamos a las películas vistas este primer día.
Los Fantasmas De Ismael de Arnaud Desplechin.
(**1/2 | *****)
Se trata de la cinta elegida para inaugurar esta edición del acontecimiento cinematográfico y no podría haber sido un título más francés que este, que además sirvió a los programadores para reconocer a Desplechin como un descubrimiento digno de las filas del festival (con La Sentinelle, en 1992). Por otro lado, se trataba de una película protagonizada por Mathieu Amalric, Charlotte Gainsbourg y Marion Cotillard ¿Y quién se puede resistir a esto? Sin embargo, la elección fue inexacta. Aunque la historia del director de cine (Amalric), quien tiene la imprevista visita de una esposa (Cotillard) a quien creía muerta veinte años atrás, tiene algunos momentos logrados, se trata de una tragicomedia delirante que deviene excesiva y gratuita al grado que nos da la impresión de encontrarnos ante una auto parodia. Extraña en el mal sentido de la palabra, después de tanto absurdo la película simplemente terminó por aburrirnos y esto es lo último que puedes esperar de la cinta inaugural del festival.
Sea Of Sorrow de Vanessa Redgrave.
(** | *****)
La típica película que los organizadores tratan de disimular de entre la programación debido a que se sienten comprometidos por proyectarla. Se trata de un documental que está sustentado en buenas intenciones y en que Redgrave es una conocida figura de la actuación, además identificada por su activismo, por lo que verla abordar la temática de los migrantes refugiados en campos de concentración nos parece de lo más lógico. El problema es que el documental no tiene estructura alguna y mezcla pietaje de noticieros, con imágenes inéditas, grabadas en los campos de detención sin el menor esbozo. Las escenas de niños refugiados que tratan de resistir en un bote sobreocupado son escalofriantes, claro, pero son exhibidas casi fuera de contexto, además de que ya fueron vistas en alguna cadena de televisión. Nos da la impresión de que Sea of Sorrow es un trabajo totalmente amateur que apenas pudimos resistir por su compasivo propósito.
Nelyubov de Andrey Zvyagintsev.
(**** | *****)
El realizador ruso responsable de Elena y Leviatán, entre otras cintas, regresa a la Croisette con lo que hasta este momento consideramos lo mejor visto dentro de la programación. No tan magnífico como alguno de sus anteriores títulos, pero de cualquier manera un acertado retrato glacial del comportamiento humano en la Rusia actual. Teniendo como marco la fractura de un matrimonio y la posterior desaparición del único hijo, Zvyagintsev expone la crudeza con la que se manifiestan los vínculos afectivos contemporáneos en un cáustico análisis, que seguramente provoca una resonancia de lo expuesto en un plano global. Finalmente, la terminación del matrimonio como institución y la corrupción social son temas que nos atañen a todos. Una película abrumadora de principio a fin.
Seguimos reportando desde Cannes 2017…