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Rueda de Prensa Giff 2015

Por Juan Tolentino Morales / @JannTM

Viajar a otro estado con el fin de ver cine es un placer que quizá pocos entiendan. No se les culpa; gracias a las plataformas de streaming, los torrents y la piratería, una película puede verse incluso en el baño. Pero los festivales intentan tomar la experiencia del cine y enriquecerla a su modo.

Pienso en esto mientras voy a bordo del taxi, un Tsuru verde de esos que abundaban en la Ciudad de México hace un par de lustros y que ahora van a descontinuar por ser féretros con ruedas, en dirección al Teatro Angela Peralta, para iniciar el primer viernes del Guanajuato International Film Festival (GIFF).

Llegué a la función de cortometrajes que recién abría con Selva (Sofía Quirós, 2016), un poderoso drama sobre la separación de dos hermanos. Una maravillosa recepción: la sala a oscuras, el sonido del mar abriéndose paso entre las butacas de un hermoso teatro, una gran fotografía, y todos en silencio. “A esto vine”, me dije. A este corto le siguió Todos los cuerpos pequeños (Alle kleinen Körper, de Jennifer Reeder, 2016), un ambicioso filme sobre dos chicas emulando una versión infantil postapocalíptica de Hansel y Gretel; un desastre del cual me quise safar lo antes posible para arreglar algo sobre mi hospedaje.

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Panoramas (Gabriel Cruz Rivas, Rodrigo Guardiola, Angel Mosqueda, 2016)

La dinámica del GIFF en San Miguel de Allende es simple y relativamente accesible: funciones sumamente puntuales, raras veces llenas salvo por cintas de carácter más comercial como Vive por mí (Chema de la Peña, 2017), un tibio drama sobre la donación de órganos, casi de carácter infomercial; o Panoramas (Gabriel Cruz Rivas, Rodrigo Guardiola, Angel Mosqueda, 2016), el documental que siguió a la agrupación Zoé durante dos años.

Por la tarde tocó ver dos cintas:  Patti Cake$ (Geremy Jasper, 2017) y Casa Roshell (Camila José Donoso, 2017).

Patti Cake$ es el debut fílmico del director estadounidense Geremy Jasper y narra la historia de Patti (Danielle Macdonald), una joven de familia disfuncional que busca convertirse en una estrella del hip hop, a la par que cuida de su abuela y pelea con su madre. El filme desató carcajadas entre el público en su hilarante primera mitad, pero desafortunadamente decae cuando se hace un tratamiento dramático de la historia poco efectivo en su final.

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Patti Cake$ (Geremy Jasper, 2017)

En tanto, Casa Roshell (que también se exhibe estos días en la Cineteca Nacional) se centra en un club de la Ciudad de México en el que convive la comunidad LGBTI, principalmente travesti. La cinta tiene la cualidad de oscilar entre la ficción y el documental para retratar la cotidianidad de un establecimiento que se convierte en refugio de sus comensales, quienes relatan sus problemas y anhelos en un país marcadamente machista.

Una de las primeras cosas que llama la atención del GIFF es la cantidad de turistas que asiste a las funciones, que a ojo de buen cubero, era alrededor de una tercera parte de los asistentes en cada función quienes, en el caso particular de Casa Roshell, mostraron un gran interés en los pormenores del filme, de lo cual dos de las protagonistas de la cinta se encargaron de explicar.

En contraste, durante la recta final del festival, uno de los locatarios del mercado de artesanías se quejaba de que el festival no acercaba el cine a las comunidades rurales, ya que las sedes se ponían a disposición de los turistas, pero no se facilitaba el acceso a otros espectadores locales.

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Foto: Juan Tolentino Morales

Caminar entre una sede y otra es una delicia en San Miguel de Allende, y también algo forzoso debido al abundante tráfico provocado por la afluencia de asistentes y las estrechas calles. No obstante, la ceremonia inaugural fue una fiesta pirotécnica y patronal que deseaba asemejarse a la que el filme Pólvora y Gloria (Viktor Jakovleski, 2017) documentaba, cinta que se exhibió frente a la parroquia de San Miguel Arcángel.

La decisión que proyectar el documental de Jakovleski -que se centra en el proceso de preparación que siguen varias familias de Tultepec para su Feria Nacional de la Pirotecnia- fue muy acertada por parte del GIFF: con luces de bengala, algunas palabras del director y una sesión de pirotecnia al final de la cinta, el GIFF cumplió con el objetivo de enriquecer esta experiencia cinematográfica, de altos estándares por sí misma, al capturar innumerables explosiones pirotécnicas con cámaras phantom y otros recursos digitales.

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Pólvora y Gloria (Viktor Jakovleski, 2017)

El sábado, la sesión fílmica comenzó con Batallas íntimas (Lucía Gajá, 2016), y bien pudo haber acabado ahí. El documental explora el fenómeno de la violencia doméstica en varios países como México, Estados Unidos, España, Finlandia y la India, e identifica los patrones que existen en todos los casos. En general, la reflexión que propicia la cinta y sus testimonios es desgarradora, todo con un manejo estético grandioso por parte de la directora. Sin duda de lo mejor que se vio este primer fin de semana.

Al finalizar el agudo filme de Lucía Gajá, arrastré a mi acompañante a la mala decisión de ver Vive por mí (Chema de la Peña, 2016) que, como ya mencioné líneas arriba, constituye un drama medianamente logrado, cuyo hedor a campaña de donación de órganos no se oculta en ningún momento; la intención es muy buena, pero su tratamiento fílmico se queda en eso: buenas intenciones y escenas de sexo injustificado.

Para hacer a un lado el mal sabor de boca, opté por ver Extraño pero verdadero (Michel Likpes, 2017), que recuerda a aquella frase viral “interesante pero muy extraño”, y no sólo por su título. Este drama sobre una joven pareja de recolectores de basura tiene un magnífico inicio y desarrollo, pero deja ideas inconclusas en su final, sin que se sienta completa.

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Extraño pero verdadero (Michel Likpes, 2017)

Finalmente, el domingo sólo había tiempo de una película, y la elegida fue Quest (Jonathan Olshefski, 2017), un largometraje documental que por una década siguió la vida de Christopher «Quest” Rainey y su esposa Christine «Ma Quest”, quienes luchan por crear un entorno propicio para su hija PJ en un barrio al norte de Philadelphia, invadido por la violencia producto de las drogas.

Resulta muy dramático seguir las vidas de esta pareja afroamericana, quien se reparte entre su papel de papás y de activistas por un barrio sin violencia, ayudados por un estudio de hip hop que ponen a disposición de los vecinos para distraerlos de la violencia y las tentaciones del mundo de las drogas.

Recuerden que el Guanajuato International Film Festival continúa desde el miércoles 26 hasta el domingo 30 en Guanajuato, la capital del estado. Todas las actividades son gratuitas.

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Quest (Jonathan Olshefski, 2017)

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Foto: Juan Tolentino Morales