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Por Alberto Acuña Navarijo / @LoungeYMartinis

En oposición al gigantismo de un porcentaje alto de festivales de cine en el país, cuyas abrumadoras programaciones parecieran estar diseñadas para que al final no se termine por ver nada; Phono-Cinema Muestra Internacional de Cine y Música por cuarto año consecutivo se convertirá en el espacio para acercarse a lo más novedoso del cine documental con temática musical, con una selección breve pero puntual y sustanciosa.

A realizarse del 17 al 20 de agosto, teniendo como sede principal la Cineteca Nacional, Phono-Cinema ofrecerá seis títulos inéditos o muy poco vistos que hablan de géneros, escenas y culturas musicales. La muestra será inaugurada el jueves 17 a las 20 hrs. en el Centro de Cultura Digital con Chasing Trane: El Documental Sobre John Coltrane (de John Scheinfeld), cinta hecha con la colaboración de la familia y de las disqueras que colectivamente poseen el catálogo del mítico saxofonista, que contiene imágenes inéditas y muy personales sobre todo de la época en que estaba grabando la que es considerada su obra maestra A Love Supreme (1964).

También se presentará otro documental en torno a un virtuoso del jazz Bill Frisell: Un Retrato (de Emma Franz), el cual resulta particular debido a que Frisell, a pesar de ser un guitarrista sumamente talentoso y haber trabajado con gente como John Zorn y Paul Simon, es una persona muy introvertida y por lo regular no deja que la gente se acerque mucho a él, aunque aquí permitió que la directora entrara a su casa para que lo vieran ensayar y componer. Ya en otro género se encuentra A Life In Waves: La Música de Suzanne Ciani (de Brett Whitcomb) dedicado a una de las pioneras de la música electrónica a inicios de los años setenta pero que es más recordada por haber compuesto la música de todos aquellos comerciales de look futurista de Coca Cola, General Electric y Atari durante los ochenta, y que a últimas fechas ha sido revalorada por la conocida disquera Finders Keepers reeditando su obra.

La curaduría se completa con Existir sin Vos: Una Noche con Charly García (de Alejandro Chomsky), un registro muy íntimo de una noche en 1994 en la que el célebre rockero argentino estaba en el proceso creativo del disco La Hija de la Lágrima, considerado un punto de inflexión en su carrera al ser el más experimental hasta ese momento; La Música del Río Bravo (de Ronnie Garza y Charlie Vela) el cual hace un repaso por las últimas cuatro décadas de la escena musical underground que se hizo en la zona entre Brownsville y Reynosa, del rock and roll de los años sesenta al punk en los años noventa; y finalmente Breaking a Monster (de Luke Meyer) que narra la historia de Unlocking the Truth, un trío afroamericano de metal que en 2013, cuando sus integrantes eran pre adolescentes, se volvió un fenómeno viral gracias a videos en los que aparecían tocando en Times Square, sólo para conseguir un contrato discográfico de cifras records y conocer el aspecto oscuro de la industria.

Para redondear, Phono-Cinema estrena Phono-Cinema Nights, serie de eventos en los que las funciones de cine se conjuntarán con la experiencia de la música en vivo. Para abrir la sección, el viernes 18 a las 20 hrs.  en Bajo Circuito se proyectará la citada Breaking a Monster, para posteriormente dar paso a la banda mexicana de punk Juana La Rodillona. La entrada es libre.

Por último, Phono-Cinema en colaboración con la Facultad de Música de la UNAM presentan el curso El Cine Documental Musical impartido por  el Maestro Alejandro Javier Ruiz Escalante (compositor de cine, periodista e investigador) dirigido a la comunidad universitaria como al público en general, en el cual se podrá conocer el desarrollo de esta vertiente del cine documental a lo largo de diferentes etapas históricas, así como analizar diferentes características estéticas, narrativas y de producción dentro del género. Además, los interesados podrán ver una proyección de La Música del Río Bravo acompañada de una charla vía Skype con sus directores. A realizarse durante ocho sesiones sabatinas, iniciando el 19 de agosto, en la Sala Huehuecoyotl de la propia Facultad.

A propósito del inicio de esta cuarta edición, nos reunimos con su co-director y programador Ricardo Jacob para conocer el presente de la muestra y hacia qué camino se dirige: 

-Cinema Móvil: La primera edición de Phono-Cinema estuvo en gran medida dictaminada por el cartel del festival Bestia, con el que ustedes iniciaron. La programación de la segunda edición estuvo relacionada con la desmitificación de ciertos ídolos del rock como Devo o The Residents. Y para la tercera edición el espectro de géneros musicales se amplió de la cumbia a la improvisación. ¿Para este cuarto año cuál es su línea editorial? ¿Qué lo definirá?

Ricardo Jacob: “No sé cómo suene esto, pero uno de los criterios fue la admiración que se tiene por los músicos como Suzanne Ciani, figuras medio perdidas pero que son personajes importantes de un género en específico, cuyas historias la gente debe de conocer. También me interesaba mucho traer un documental como  La Música del Río Bravo, que habla de la escena underground de Texas y cómo ha influido en ésta la relación entre Brownsville y Reynosa; música que aquí ni te enteras que existe a pesar de la cercanía que se tiene. Y también quería abarcar un poco de jazz, el cual en las ediciones anteriores no había estado muy presente, y qué mejor que hacerlo con los documentales acerca de John Coltrane y Bill Frisell”.

-Salvo casos contados como En la Periferia, que tuvo su premiere mundial en la edición pasada, los documentales mexicanos con temáticas musicales a los que más fácil se tiene acceso se dividen entre aquellos de artistas populares, complacientes y hechos a modo, como los recientes de Molotov y Zoé, y los de aire amateur, bien intencionados pero que terminan en YouTube. Dentro de la realización de la curaduría de este año ¿cómo viste el panorama? ¿Hay una evolución, otras vertientes, la calidad ha mejorado?

“No sé si ha habido como tal una evolución pero sí ha habido una mayor producción, principalmente independiente; es difícil encontrar películas como la de Molotov sobre un tema underground, resulta un poco triste. Justo hubo una película que ya no pudimos incluir, el documental Rita, dedicado a la vida de Rita Guerrero. Me hubiera encantado tenerlo porque ella es un ícono del rock nacional, pero al contactar al director me respondió que simplemente no lograrían llegar a las fechas de la muestra. Finalmente, sabemos que la post-producción es uno de los temas en donde todos se atoran, entonces de algún modo los tiempos y los planes de cada película va dirigiendo nuestra programación y en ese sentido es más fácil traer y estrenar a nivel local un documental sobre John Coltrane, que ya tuvo su premiere mundial en Toronto, cuyo director ya piensa en seguir en otros países de una forma más pequeña. Por ejemplo, el año pasado el director de En la Periferia nos dijo ‘Quiero tener la premiere mundial con ustedes’, y eso nos gustó muchísimo, siendo el primer estreno de esa naturaleza que ha tenido la muestra, pero si otro director me dice ‘Quiero estrenar mi documental en Morelia’  también podré entender perfectamente”.

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A Life in Waves

-A propósito de En la Periferia, ¿qué reacciones generó? ¿Qué tan revelador resultó para el público ese retrato de la Historia no oficial del rock mexicano?

“Le fue muy bien. Aunque hoy en día no se quiera reconocer, hay mucha gente que empezó escuchando rock con Liran’ Roll, El Haragán o Banda Bostik. En el Q&A hubo varias personas que decían que la película les regresó a su adolescencia, cuando iban a sus primeras tocadas y también a otras tantas les enseñó cómo es ese mundo, porque es guerrerísimo, muy en la periferia en todos los sentidos, no sólo en lo geográfico sino en la legalidad. Y Alberto Zúñiga, su director, nos contaba unas cosas tremendas. Imagínate estar filmando en el Bordo de Xochiaca o en Tultitlán, lugares bien aguerridos. Pero esa película es México, ese es el rock mexicano de verdad. No tiene que ver con el documental de Molotov, y es lo que te decía hace un par de años en otra entrevista, en los documentales donde la banda está involucrada, ésta controla un poco lo que se dice de ellos, se habla de la parte luminosa, romántica y terminan siendo condescendientes: ‘Sí, hubo broncas entre nosotros pero al final todo terminó bien’; y eso no me late. Esos documentales se los dejamos a los otros festivales para sus secciones de música. Si quieren traer el de Oasis [Supersonic], adelante, seguramente va a jalar gente, aunque no dice algo inédito o interesante”.

-En el último año y medio ha habido una serie de muertes sensibles y significativas en el ambiente musical. Como programador ¿has visto si estas ya han tenido alguna repercusión temprana en la producción documental? 

“No, todavía no me ha tocado ver algo al respecto. Ahora, lo que espero es que no se produzcan eventualmente películas hechas al vapor, de manera oportunista y con esta visión sentimental que generalmente se tiene cuando se habla sobre la muerte de alguien importante onda ‘Chris Cornell se murió y era la voz más grande del rock’, ya que no sé si pudiera dar para un documental”.

-Continúa siendo poco usual ver al documental musical como un género serio y legítimo, que también tiene sus propias técnicas y reglas. ¿A qué crees que se deba esa percepción?

“Sí. Incluso hay gente que se sorprende que haya un festival tan específico. Creo que el documental musical sufre un poco lo mismo que la música en general y los artistas, donde se desvirtúa y menosprecia constantemente el trabajo: ‘Toca gratis aquí para promocionarte’. Y también influye mucho que los documentales que llegan a más gente son aquellos de los que estamos hablando, los cuales tratan de lo grande que fueron o son las bandas, y no se abordan temas como en Breaking a Monster, en el cual la fama y los contratos millonarios contrasta con la pérdida de la independencia, vaya, no nada más es subirte a la limosina y como que le haces que eres rockero, y creo que eso no es para un público masivo”. 

-Hablando de esa concepción en el imaginario colectivo, organizarán nuevamente una actividad de carácter académico, en el que se abordará entre otros aspectos la Historia del género, para mostrar que la producción de este no es algo reciente. ¿Cómo se dio el acercamiento con la Facultad de Música de la UNAM?

“Efectivamente, ya en la segunda edición habíamos tenido un taller con Leonardo Heiblum sobre musicalización de cine, como un primer intento de tener actividades académicas y de formación. Eso desde el inicio fue un plan. El año pasado fue difícil por cuestiones de logística y tiempos, pero invité a Alfredo Nieves [Jefe del Departamento de Educación Continua en la Escuela Nacional de Música]  para que presentará las películas que se proyectaron en el IFAL, porque él es etnomusicólogo, entonces desde ahí empezamos a pensar en hacer algo, así que este año lo planeamos y a él se le ocurrió el tema y quién lo iba a impartir. La facultad es quien diseñó el programa y nosotros lo fuimos dirigiendo y depurando, fue mínima pero determinante nuestra participación. Y está pensado para crecer, hacer otras actividades más extensas y más especializadas durante el año, aunque no estén dentro del marco de la muestra”.

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La Música del Río Bravo

-Precisamente en esta actividad se contará con la participación de los directores de La Música del Río Bravo. Durante estos cuatro años, ¿cómo ha sido la relación que la muestra mantiene con los realizadores?

“Por el perfil de las películas, que no son de grandes compañías, casi siempre son los propios directores los que manejan su distribución, su promoción, sus redes sociales, entonces eso da el acceso directo con ellos de una manera mucho más personal. Ellos son los que mandan la película. En el caso específico de Ronnie Garza y Charlie Vela, directores de La Música del Río Bravo, ellos estrenaron este mismo año en South by Southwest. A partir de ahí les seguí la pista y los contacté. Ya no fue posible que vinieran pero, como ambos quieren interactuar con la gente, hablar de la música y su película, vimos esta dinámica como una opción y ellos encantados de participar. Además, el lugar es ideal porque tiene la capacidad y la tecnología para eventos de estas características. Asímismo, Suzanne Ciani y Alejandro Chomsky, director de  Existir sin Vos: Una Noche con Charly García mandaron pequeños videos introductorios, que serán un plus para el público. Ojalá podamos más adelante traer directores. Por ejemplo, el año pasado estuvo Joshua Neuman, el director de Johnny Physical Lives”.

-A diferencia de otros festivales fílmicos nacionales que han ido gradualmente incluyendo música en su oferta, aquí parece un paso lógico que esto ocurra. Ahora, ¿por qué iniciar esta serie de eventos con Juana La Rodillona? ¿Cuál es la conexión que tiene con el documental que van a proyectar?

“Si en un festival va a tocar Carla Morrison a la par de la proyección de una película extranjera que no tiene nada que ver, no le veo el sentido ni la razón de ser. En este caso, la historia que cuenta el documental Breaking a Monster es sobre lo transa y aprovechada que puede llegar a ser la industria con un grupo inocente: ‘Sí, nosotros te damos estos millones de dólares pero al final tú los vas a tener que pagar con tu chamba, vas a estar atrapado en la misma disquera por años hasta que nos pagues, olvídate de tu independencia’. En contraste, la actitud de Juana La Rodillona hacia la música, el público y la industria, la misma que ha hecho que se les cierre espacios y no sean masivos, es la que Unlocking the Truth, la banda protagonista del documental. debió de haber tenido al empezar para darse cuenta que todo mundo lo que quiere es el consumismo y el aprovecharse de ellos. Quizá es muy esotérica y clavada la razón por la que se complementan, pero es remarcar las dos visiones, la inocente y la madura, para poder seguir en la música”.

-En la conferencia de prensa para esta edición se mencionaba la expansión de la muestra. ¿Cómo va ese proceso?

“En las primeras ediciones buscamos generar un poco de interés, que nos fueran conociendo primero, que nos tomaran en serio pero sin crear falsas expectativas en el sentido de que es como cualquier otro festival con su inauguración pomposa, su alfombra roja que opaca todo lo demás y su entrega de premios aburrida que dura tres horas. Estamos yéndonos muy lentos por eso, porque queremos encontrar una forma de tener congruencia y hacer ese tipo de cosas de forma natural. Este año ya empezamos a recibir materiales, esto no fue premeditado y eso nos hace saber que la gente ya está volteando a vernos y que le interesa, no al revés, no es de ‘Dame lo que tengas, yo lo pongo’ para que así pueda dar veinticinco premios”.

-Premio a mejor ópera prima, mejor película dirigida por una mujer…

“Híjole, eso ya me parece un exceso. Hacer distinciones por género aquí no va. No me late porque finalmente de lo que hablamos es de cine. Entonces sí, el plan es que el próximo año ya lancemos una convocatoria para sólo un premio que sea entregado por el público, no del jurado porque sí, le da cierto prestigio al ganador pero al final tengo esta visión romántica de que las películas son para la gente, por eso la selección es reducida para que realmente pueda ser vista durante un fin de semana sin problemas”.

Para conocer fechas y horarios, así como la información completa de la actividad académica, consulta la página oficial de la muestra: http://phonocinema.com

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Breaking a Monster