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Por Alberto Acuña Navarijo / @LoungeYMartinis

La decimoquinta edición del Festival Internacional de Cine de Morelia sirvió como marco para la realización, por primera vez, del Morelia Sundance Lab, un nuevo punto de encuentro entre cineastas emergentes para el perfeccionamiento de guion, organizado por el prestigiado Sundance Institute. Como parte de esta actividad (que reunió los nuevos proyectos en desarrollo de Tatiana Huezo, Rigoberto Perzcano, Betzabè Garcìa y David Zonana), se llevó a cabo la proyección especial de Sueño en Otro Idioma, cuarto largometraje de Ernesto Contreras.

Presentada por Paul Federbush, director del Programa Internacional del Sundance Institute, Sueño en Otro Idioma describe la llegada de un joven lingüista a un poblado veracruzano, quien va atestiguando la inminente desaparición de una peculiar lengua –la ficticia zikril– y una enemistad durante décadas entre sus dos últimos hablantes, quienes tienen ajustes de cuentas con el pasado sin resolver; ello inspirado en un artículo que leyó Carlos Conteras (hermano y guionista de cabecera del director) acerca de la lengua zoque en una región tabasqueña.

A propósito de esta función, conversamos en la cafetería de Cinépolis Centro con Ernesto Contreras sobre el filme, que este año ganó el Premio del Público dentro de la sección World Dramatic Competition del Festival Sundance.

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Cinema Móvil: Si bien, Sueño en Otro Idioma está inspirada en una fuente ajena como lo es una nota periodística, claramente se trata de la continuación de un tópico que ya estaba presente en tus películas anteriores: cómo se va aplazando indefinidamente una relación o una decisión porque los personajes no saben expresarse –el viaje en Párpados Azules o los encuentros furtivos en moteles de la ciudad por parte de los amantes de Las Oscuras Primaveras o ahora la reconciliación entre los protagonistas–. ¿De dónde surge esa preocupación?

Ernesto Contreras: “Siempre he pensado que para mí lo más importante es contar historias sobre cómo nos relacionamos, aunque no sea de manera perfecta y creo que yéndonos más atrás, desde mis cortometrajes de alguna manera ha habido ese tema de la necesidad de estar con ese otro y no saber cómo. Yo veo a esta nueva película como una exploración sobre la soledad, la incomunicación y sobre todo el amor, pero no desde una óptica romántica sino según yo, más humana”.

-Así como existen similitudes con respecto a tus obras previas, también hay un cambio en relación al tono, menos oscuro y pesimista. ¿Cómo se dio esa transición?

“Creo que como director de cine, lo que me encanta de mi trabajo es la posibilidad de sorprenderme, de no saber qué voy a hacer después, por ejemplo vengo de hacer El Chapo para Netflix, nunca me hubiera imaginado hacer una serie sobre un personaje así. Entonces en el caso de Sueño en Otro Idioma, sirvió para decir ‘Ok, ya hicimos Las Oscuras Primaveras, con sus características, una película dura, tensa, hermética, con personajes que no logran expresar lo que sienten, ahora quiero algo mucho más luminoso’.

Y cuando surgió esta idea vi que ahí estaba la película para probar otras cosas, ahí estaba el reto de tener otro tono, otro universo, otra manera de trabajar con los actores, otra forma de comunicarme con mi equipo y fue salirme de mi zona de confort. Inclusive el origen y la leyenda del zikril, que también proviene de la locura de mi hermano, me ofrecía la posibilidad de hacer una película con ciertos toques fantásticos sin un solo efecto visual, lo cual se ha interpretado como realismo mágico, aunque esto último no lo comparto”.

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-La película tiene la singularidad que para su desarrollo dramático se creó de cero una lengua. Platícame sobre ese proceso. 

“En un principio pensamos que íbamos a usar una lengua real, entonces empezamos a contactar a diferentes lingüistas pero cuando descubrimos lo valioso que resulta para ellos este conocimiento decidimos que lo mejor era crear algo ex profeso para la película para que nadie sintiera que estábamos usando este tesoro de manera incorrecta y también como una forma de honrar y de respeto. Entonces invitamos a un lingüista, en un principio a adaptar alguna de las lenguas de la región que podía ser el zapoteco, sin embargo él muy valientemente dijo ‘No, mejor hagamos algo completamente original’ y así creó el zikril con todo y un manual que incluía reglas gramaticales y la fonética. Ya habiéndolo creado fue muy bonito porque tuvimos una primera clase de zikril, los actores, productores, el fotógrafo, el músico y yo y al resultó un proceso alucinante, donde todos se lo apropiaron con entusiasmo y mucha disciplina.

A pesar de ello, me preocupaba que no lograra ser verosímil, sin embargo te cuento una anécdota al respecto: tuve la oportunidad de presentar la película en un congreso de lingüistas que se realizó en Leeds, Inglaterra. Ahí era la prueba de fuego, primero, que conectaran con la historia, ver cómo reaccionaban, y por el otro lado me interesaba mucho saber si descubrían que el zikril es ficticio o no. Al final de la proyección, digamos que un 80% de la sala pensaba que era real. Entonces imagínate la satisfacción. Y claro, al ser un personaje lingüista, se veían muy reflejados en la historia”.

-Uno de los temas de la película es la recuperación de las tradiciones y la cultura. Sin embargo, en más de una ocasión, los personajes femeninos le cuestionan al lingüista su presencia y el hecho de que en realidad este no está muy enterado de lo que se  supone quiere estudiar, como si se tratara de un comentario acerca de esta idealización que se tiene de la zona rural con todo y su visión paternalista.

“Siempre se buscó el no idealizar la figura del lingüista como si fuera aquel que llega a salvar a la comunidad. Quería que en un principio el espectador pensara que ese personaje es el héroe y poco a poco descubrimos que la historia va cambiando y de hecho todo le sale mal.

Ahora que mencionas el tema, para mí era muy importante el hablar de cómo se da la pérdida de la identidad en muchos sentidos, por ejemplo, vemos como el personaje de la nieta de uno de los ancianos, da clases de inglés en la radio para los habitantes del pueblo que piensan irse a Estados Unidos y esto habla sutilmente de lo que significa de pronto ser aplanados por otras culturas y que esto también se refleja con la gastronomía, nuestras costumbres, nuestros hábitos. Creo que en realidad pocas veces estamos conscientes de la importancia que significa la pérdida de una lengua, que es un problema no sólo de México sino de todo el mundo, diariamente ocurre, en el caso de nuestro país, el gobierno no ha sabido promover las lenguas indígenas.

Al final no sólo son palabras sino que se trata de una visión del mundo, una forma de entender nuestro pasado y una manera de saber quiénes somos. Y quizá por ello no encontré otra película que hablara de este tema en específico, vaya, recientemente estuvo Arrival con Amy Adams, aunque en otra frecuencia y con extraterrestres, por lo que me parece que Carlos tuvo una visión para hacer algo totalmente original”.