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Un hombre mayor conoce a una joven mujer en el autobús. Se conectan y la historia se desenvuelve entre la redención y la felicidad. La película de Nettelbeck evidencia cómo la alegría, las ilusiones, las remembranzas y sobre todo las verdades, pueden destruir o complacer a una persona.

La adaptación cinematográfica de una novela usualmente resulta exitosa porque ya se tiene un antecedente en el mercado. La estructura está montada y solo se traduce a un código visual que sea propio para el público al que va dirigido. Es el caso de El Último Amor del Sr. Morgan, de la directora alemana Sandra Nettelbeck, quien toma de la obra original, La Douceur Assassine, de Françoise Dorner, la idea para imprimir una historia de amor.

Después de su actuación como Alfred en la exitosa saga de Batman, Michael Caine debía reivindicarse. Pasó por Now You See Me (2013) pero necesitaba un papel que exigiera un grado de ejecución más alto. En Mr. Morgan’s Last Romance (título original) aparece dentro de una fórmula que al menos lo regresará a las películas sentimentales de gran impacto.

Matthew Morgan (Michael Cane) es un profesor de filosofía retirado, su esposa murió y vive el duelo de la pérdida solo en su casa de Francia. Tiene dos hijos que viven en Estados Unidos pero se reúnen esporádicamente y su rutina se basa en salir de su hogar algunos días de la semana para enseñar clases de inglés a una desanimada alumna de edad avanzada.

En uno de sus trayectos conoce por accidente a Paulie (Cleménce Poésy), una linda y joven maestra de baile que de inmediato simpatiza con el profesor. La disparada diferencia de edades no parece inconveniente alguno para que lleven una relación de amistad; no obstante, en medio del recuerdo y la compañía, existe cierto espíritu de atracción.

 Michael Caine y Cleménce Poésy forman una pareja que examina su bienestar y felicidad y guiados por la novela original de Dorner, lograron captar perfectamente el punto; además con algunos gestos emocionales lo resaltan con éxito en la pantalla. Poésy desprende una fragilidad muy conmovedora con su actuación, sin embargo, Michael Caine parece no encontrar el papel correcto para su enorme capacidad actoral pues su participación no es mala, simplemente el rol no es para él. El Último Amor del Sr. Morgan es una película dramática de casi dos horas que se disfruta cualquier día de la semana.

Por Miguel Colín / @terrorconm