Si pudiéramos resumir la nueva entrega de Los Vengadores tendríamos que decir lo siguiente: batallas, explosiones y largas secuencias de acción logran disfrazar el la blandengue trama que funciona como un puente entre la primera entrega y la anhelada conclusión llamada Infinity War, y que constará de otras dos partes (sí, como los finales de Harry Potter o Los Juegos del Hambre).
En pocas palabras, Los Vengadores han retornado provocando menos impacto que su película anterior. Ahora bien, de forma contradictoria, la premisa de esta cinta se fundamenta en la creencia popular de que en el futuro la tecnología superará y dominará a la humanidad.
En esta ocasión, Tony Stark (Robert Downey Jr.) y Bruce Banner (Mark Ruffalo) conciben a Al (con la voz de James Spader), un autómata aparentemente perfecto que al menor descuido construirá un ejército de robots para intentar dominar a la humanidad. Sí, él es el malvado Ultrón.
La acción inicia al minuto uno de la cinta con la captura del Baron Strucker (Thomas Krestchmann), último de los espías de Hydra, lugar elegido por los escritores para presentar al otro par de villanos de esta historia: los gemelos Wanda (Elizabeth Olsen) y Pietro Maximoff (Aaron Taylor-Johnson), mejor conocidos como Scarlet Witch y Quicksilver.
Lo que sucede en esta película en particular es que se siente la sombra apremiante de la casa productora Marvel, es decir, finalmente hay algunos lineamientos narrativos que cumplir para satisfacer a los seguidores del cómic para poder llegar dramáticamente al desenlace de la serie. Y esto modifica y condiciona a los guionistas, evidentemente.
Algo muy distinto a lo que vimos en Capitán América: El Soldado de Invierno, por ejemplo, en donde se podía apreciar el estilo del director Anthony Russo, emulando los thrillers políticos americanos de la década de los setenta.
Sin embargo, quiero aclarar algo para no caer en malentendidos. Joss Whedon, el popular cineasta, entiende la manera de trasladar exitosamente una tira cómica a la pantalla grande ponderando el material original y salpicándolo con chispazos de humor (pensemos en los diálogos agudos) por lo que apreciamos secuencias como la competencia en la alzada del martillo de Thor o el coqueteo entre Natasha Romanoff (Scarlett Johansson) y Bruce Banner.
En efecto, las escenas distintivas en esta cinta no son las de acción entre héroes y villanos sino la intimidad con la que son retratados los protagonistas, como esa fuga emergente al hogar de Hawkeye (Jeremy Renner) en donde Los Vengadores tienen que coexistir con la hasta ahora incógnita familia del miembro del equipo. Fascinante cuadro que revela el carácter de los protagonistas al convivir bajo las mismas paredes.
Para terminar, solo queda decir que el espectador se quedará con una sensación incesante de que todo lo hemos visto y que la estructura de las batallas es casi idéntica entre sí. Sólo falta esperar que las futuras producciones anunciadas por Marvel para los próximos años tengan una dosis de innovación. Avengers: Age of Ultron no es una decepcionante entrega pero definitivamente me quedo con la original.