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gameofthronesseason5ep4¿De dónde habrá salido la obsesión de George R. R. Martin por hacernos querer a sus personajes como nunca, momentos antes de que les ocurra algo?

Si en episodios anteriores se habían sentado las bases para el caos, en «The Sons of the Harpy» todo se tensa, la anarquía se desata y con ello arranca de lleno la ola de sangre y giros argumentales que caracterizna a Game of Thrones.

Iniciamos con Jorah Mormont secuestrando a Tyrion Lannister para llevarlo ante Daenerys Targaryen en Meereen. Como es característico de Tyrion, bastarán unas palabras suyas para enfurecer a Mormont, pero pone un interesante punto en el aire: ¿Será suficiente la redención que pretende el antiguo confidente de Daenerys para que se le perdone? Aunque no se le ve un gran propósito a esta breve secuencia, si se le conecta con el final resulta intrigante.

De ahí, pasamos con otro de los Lannister, Jaime, quien tiene la misión de ir a Dorne a rescatar a su hija, digo, sobrina. Junto al pragmático y perspicaz Bronn, apenas tienen respiro después de desembarcar en el que fuera hogar de Oberyn Martell. Una misión de encubierto muy a la usanza de las mejores películas policiacas, con un gran dúo que se pondrá a prueba para intentar no desatar una guerra, a pesar que todo el mundo la ansía, en especial las voraces hijas del difunto Oberyn, entre las que se encuentra Obara Sand interpretada por Keisha Castle-Hughes, la nominada al Oscar en 2003 por Whale Rider.

Y hablando de fragilidad, volvemos con Cersei a Westeros, a quien vimos desde el capítulo anterior hacer sospechosos movimientos que aquí cobran sentido, con el arresto de Loras Tyrell, el hermano de la reina Margaery Tyrell. Se pone a prueba la capacidad de Tommen Baratheon como esposo y rey, lo que termina exponiendo su debilidad en ambos sentidos. Cersei juega con un perfil bajo y discreto, ¿será una movida definitiva para quitarle el trono a su hijo?

Vamos al Norte. Aquí suceden dos cosas: primero, tenemos a Jon Snow quien tendrá que aceptar la ayuda de Roose Bolton para proteger el Muro, sí, el mismo que asesinó a su familia. En la misma situación se encuentra Samsa Stark, dejada casi a su suerte por Littlefinger, quien ha sido llamado por Cersei en Westeros. A la par, Snow es seducido por Melisandre, quien de manera escalofriante, trae de regreso una inmortal frase, lo que estremece a Snow y a la audiencia. ¿De qué va esta mujer?

Finalmente, ¿qué decir de lo que pasa en Meereen? The Sons of the Harpy, quienes también dan nombre a este episodio, parecen emrpender lo que entenderíamos como un golpe de Estado, no directamente a Daenerys pero sí a los Inmaculados, el ejército de la reina. Aquí el destino de Barristan Selmy, quien se nos había olvidado un poco, es incierto junto al de Grey Worm. El reinado de Daenerys se tambalea, y si Mormont llega a Meereen puede enfrentarse a un escenario similar que cuando Arya pensaba reencontrarse con su familia.

Huele a guerra en Westeros, Meereen, Dorne y hasta Winterfell, y del siguiente episodio, «Kill the Boy», no podemos esperar menos que muertes sorpresivas y que todo siga su curso.

Por Juan Tolentino / @CinemaMovil_mx