En el prólogo a El reino de este mundo (1949), Alejo Carpentier, respondiendo violentamente a las torpes reglas que implementó Bretón al surrealismo, nos habla de la magia de la vegetación tropical que existe en América, “de la desenfrenada creación de formas de nuestra naturaleza –con todas sus metamorfosis y simbiosis–“ que inunda libremente, sin necesidad de leyes preestablecidas, el paisaje de nuestro continente.
Años más tarde, el escritor cubano visitaría México encontrando en sus pueblos la verde materialización de sus palabras. En efecto, las gigantescas raíces de los árboles, retorcidas y sarmentosas; los lagos que salpican el mapa de nuestro país como si fueran mosaicos azules; las iglesias carcomidas por volcanes; y los páramos que invitan a pensar en el infierno; no solamente fueron recogidos por el habanero sino por otros escritores que visitaron México como Malcolm Lowry, D. H. Lawrence, Kerouac, Neruda… y pintores de la talla de Siqueiros, José María Velasco o recordemos la obsesión del Dr. Atl con el volcán Paricutín.
Sin embargo, el cine parece no haber aprovechado al máximo las posibilidades dramáticas que permiten las extraordinarias locaciones vegetales de México. Algunas cintas de Reygadas, Macario de Roberto Gavaldón, La Perla de Emilio Fernández, y quizá una que otra road movies han coqueteado un poco… pero aún no es suficiente.
Por eso, pensamos en lugares que pueden convertirse en escenarios perfectos para simbolizar estados de ánimo de algún personaje o funcionar como trasfondo de alguna historia de terror (que parece no encontrar aún un gran referente en México), aventura, o una road movie que no sea del D.F. a Acapulco. Sin más preámbulos, les presentamos 10 grandes locaciones vegetales potencialmente cinematográficas.
P.D. Léase esta nota como si escuchara «El Huapango» de Moncayo:
Por Paula W.S. / @CinemaMovil_mx
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10) Cenotes de Cuzama, Yucatán
Si lo que buscamos es el escenario perfecto para una cinta de terror tipo El Descenso o Así en la Tierra como en el Infierno (pero bien hecha) encontramos el sitio ideal en las cuevas acuáticas de Yucatán. Además de grandes posibilidades de tener una fotografía increíble. Échenle un ojo a los colores que hay sólo en esta imagen.
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9) Celestún, Yucatán
¿Recuerdan la parte final de La Gran Belleza, del italiano Paolo Sorrentino? ¿Por qué ningún cineasta mexicano ha aprovechado las tonalidades de estos flamencos que se posan en Celestún (que en maya significa «Espanto de Piedra»). ¿Alguien pidió producir el escenario de una cinta sobre cuento de hadas?
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8) Lago de Camécuaro, Michoacán
Si andamos tras una locación mágica podemos meternos a este bosque-lago, que en realidad es una reserva natural pero que puede ser aprovechada como sitio de vudú o leyendas antiguas, ¿no creen?
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7) Isla de en medio, Veracruz
Comparado con los otros lugares de este listado, «La isla de en medio» parece ofrecer poco, pero no es así. Esta pequeña montañita de arena que se levanta sobre el golfo de México es ideal para acentuar una situación de desolación. Por ejemplo, algún naufragio. Además, está cerca de la costa veracruzana por lo que el crew de trabajo se encontrará a 15 minutos en lancha.
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6) Tzaráracua, Uruapan, Michoacán
Uruapan es conocido por ser la capital mundial del aguacate y últimamente, por su mala fama. Sin embargo, aprovechando ambas cosas surgen sitios como «La rodilla del diablo», el lugar donde nace este río que cruza el Parque Nacional más bello de México para desembocar en las babas del mismo demonio, o lo que es mejor, la cascada de la Tzaráracua.
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5) Cañón del Sumidero, Chiapas
El lugar natural por antonomasia de México. ¿Quién no recuerda el comercial de una marca de alcohol con «El Huapango» de Moncayo en los cines cuando éramos niños?
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4) Huasteca Potosina, San Luis Potosí
Si usted desea llegar a un lugar sublime simplemente comience a subir la Sierra Gorda de Querétaro: enfrentará carreteras con curvas que parecen glorietas y pueblos mágicos salpicando el paisaje. Después de pasar Xilitla, encotrará este bello paraíso.
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3) Santuario de El Rosario, Michoacán
Las mariposas monarcas inunda Michoacán una vez al año. Si algún cineasta está interesado en llevar algún cuento de Gabriel García Márquez al cine podría probar filmando acá. Será difícil conseguir permisos pero el resultado puede ser sublime.
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2) Xilitla, Huasteca Potosina
El castillo surrealista construido por el poeta inglés Edward James en la década de los sesenta. Entre las principales construcciones están La escalera al cielo, La estructura de tres pisos que pueden ser cinco y La recámara con techo en forma de ballena, y curiosamente: La estructura llamada El Cine, en donde el mismo James proyectaba películas a los trabajadores y a sus familias.
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1) San Juan Paricutín, Michoacán
La iglesia sepultada por la erupción del volcán Paricutín en 1943 convirtió a San Juan Parangaricutiro en un lugar digno de visitar alguna vez en la vida… o en la muerte. Los poetas de la beat generation, como Allen Ginsberg, visitaron el sitio en busca de inspiración… o sustancias ilegales.
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