Con una musicalización exquisita, una ambientación de época perfectamente hecha y actuaciones de primera, Porque hay cosas que nunca se olvidan, es quizá el trabajo de Lucas Figueroa más reconocido por el público y la crítica en general. Es un cortometraje que logró llegar a un centenar de festivales, obteniendo un lugar único en el libro de los récords Guinness como el cortometraje más premiado de la historia.
¿La premisa? una divertida comedia negra en donde el tiempo no lineal nos permite viajar por la vida de 4 niños amantes de un deporte de verdad: el fútbol. Sin embargo un día jugando gol-para, viven el infortunio de incomodar a la anciana dueña del muro sobre el que rebotaba su balón. ¿Conclusión? La venganza será dulce, pues cuando somos niños, hay cosas que nunca se olvidan.
Filmado en Segobia, con un director argentino, un equipo de producción español y diálogos y actuaciones italianas de primera, este fascinante trabajo de 13 minutos, post-producido en 9 meses, promete sacar risas a más de uno.
Te dejamos el cortometraje completo…