Gracias a Liam Neeson se han puesto de moda los hombres de acción otoñales, y la saga de Taken (Pierre Morel, 2008) fue la punta de lanza. De ahí Neeson se ha enfrascado en una serie de cintas similares que lo han catapultado al estrellato total y el gran reconocimiento del público mundial. Después de él gente como Kevin Costner, Pierce Brosnan y ahora Sean Penn han intentado emular su éxito, aunque es claro que ninguno lo ha logrado, a pesar de ser grandes actores (incluso alguien como Brosnan ya era un héroe por antonomasia desde su James Bond). Sin embargo, algo les ha faltado, por no decir también que los proyectos en los que han querido repetir la fórmula han dejado bastante que desear.
Una vez más tenemos un producto que en el papel pinta para ser un peliculón; entre sus ingredientes destacan un elenco encabezado por Sean Penn, Idris Elba, Javier Bardem y Ray Winstone, la dirección a cargo de Pierre Morel (justamente el artífice de la primera Taken), todos en una historia de acción y conspiraciones internacionales. Obviamente al ver todo esto uno firmaría inmediatamente para ver esta película, y obviamente las expectativas no podrían ser más elevadas, pero también es por eso que la decepción fue más fuerte.
Jim Terrier (Sean Penn) es una espía internacional que ha sido traicionado por la propia organización para la que trabajaba, razón por la que decide dejar atrás su pasado y empezar una nueva vida. Pero sus planes se truncarán cuando se dé cuenta que sus jefes y antiguos compañeros van tras él y no pararán hasta verlo muerto.
Si leemos la sinopsis nos podemos dar cuenta que tiene una historia trillada y vista más de mil veces en el cine de acción. Pero en este proyecto en particular uno esperaría algo diferente por los ingredientes de los que ya hablamos… Por desgracia eso no pasa, y al contrario, la mezcla resulta bastante insípida, no termina por convencer como historia de acción y tampoco como thriller de espionaje internacional. Es decir, se queda a medio camino y comete un gran pecado en este tipo de filmes: se toma demasiado en serio.
El éxito de la saga Taken se debió en gran medida a que precisamente jamás se tomó en serio a ella misma. Sabía de sus alcances y que la profundidad o la exagerada seriedad no le ayudaría en lo más mínimo. En The Gunman eso es lo que más la hunde, pues si lo pensamos un poco, era un tanto obvio que teniendo a Penn y a Bardem en el elenco existieran más aspiraciones que las que una genérica pero divertida cinta de acción podría ofrecer.
La dirección no tiene nada fuera de lo común, incluso lo mismo da que fuera Morel o Juan Pérez el director. No hay un estilo reconocible en ella, los actores son los que realmente elevan y salvan parcialmente del fracaso absoluto esta cinta. Sean Penn cumple bastante bien su papel de hombre de acción atormentado (aunque la verdad se pasa de intenso por momentos), y se ve mejor que nunca físicamente (y créanme que se encargan de demostrar esto con las numerosas apariciones del actor sin camisa o ropa ajustada).
Bardem se siente un poco desperdiciado por lo corto de su papel, aunque cuando aparece en pantalla junto a Penn son de los mejores momentos del film, y lo de Idris Elba en el elenco si es una injusticia total, no entiendo para qué contratar a tan buen actor, con la presencia que tiene y solo lo relegan a 5 minutos en pantalla recitando diálogos intrascendentes.
En conclusión, es una fallida cinta de acción que, además, ni siquiera tiene tantas secuencias; eso sí, las que tiene están bien ejecutadas (sobresaliendo la que sucede dentro de la casa del personaje de Javier Bardem). El peor error de En la Mira es tratar de ser algo más que una simple cinta de género. Su aspiración de cine de denuncia es la que termina por ponerle el pie definitivamente. Liam Neeson podrá dormir tranquilo, todavía no hay quien le pueda quitar el trono que ahora ostenta, y Penn debería elegir como su siguiente proyecto algo en lo que la intensidad esté bien justificada y sea parte primordial del plan.
Curiosidades: Sean Penn tenía mucho tiempo queriendo trabajar con Mark Rylance, fue tanto su deseo de que estuviera en esta cinta que incluso las fechas de rodaje se ajustaron a los tiempos de Rylance por pedido de Penn. Esta es la segunda vez que Bardem interpreta a un personaje de nombre Félix, la primera fue en Colateral (Michael Mann, 2004).