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Ant manHace algunos años tuvimos la coincidencia de admirar las pruebas que el director Edgar Wright había producido buscando el tono y el estilo que adoptaría para llevar Ant-Man a la pantalla grande. Por discrepancias con el estudio Marvel (circunstancias constantes en sus distintos proyectos), Wright salió de la película aunque conservó hacia el final un par de importantes créditos que tienen que ver con la gestación del libreto y alguno que otro otorgamiento en la producción.

Peyton Reed entró a reemplazarlo y aunque sorprendentemente quien fuese realizador de cintas tan desemejantes con la película en cuestión hace un trabajo más que eficiente, no dejamos de discurrir en lo que Wright hubiera presentado teniendo como protagonista a este singular superhéroe.

Nos da la sensación que con Ant-Man, Marvel quiso replicar el efecto que reportó Guardianes de la Galaxia el pasado año al brindar otra cinta con el sello de la casa hacia a finales de verano con características de producción un tanto más «mesuradas» y «compactas» en relación con otras anécdotas trasladadas a la pantalla grande del mismo universo como Los Vengadores y Iron Man por mencionar sólo un par.

Este tipo de apuestas pueden considerarse como cintas en donde se puede ensayar en tonos y con líneas argumentales un tanto más excepcionales que las que asiduamente vemos en las películas destinadas a sus superhéroes más notables y aunque en Ant-Man podemos encontrar vestigios de esto, consideramos que no se acercaron a los riesgos vistos por ejemplo en Guardianes de la Galaxia.

Pero tenemos que enumerar primero los logros de Ant-Man: es una trama sencilla pero categórica centrada en el afable personaje de Scott Lang (Paul Rudd), ladrón quien parece comportarse como un Robin Hood moderno al hacer pagar a los corruptos corporativos y a quienes los dirigen tanta intransigencia para quienes laboran con ellos.

En un fortuito encuentro, nuestro protagonista se topa a un sofisticado científico y mentor (Michael Douglas) quien está evitando que un protegido suyo (Corey Stoll) continúe evolucionando una peligrosa arma de guerra que consiste en convertir al humano en una minúscula arma letal abreviando su tamaño pero engrandeciendo sus habilidades.

La producción cuenta con la carismática intervención de Rudd en el rol estelar y aunque en un principio nos pareciera una sorprendente elección por parte del estudio, este actor es el principal responsable que esta cinta funcione gracias a su particular personalidad y gracia que lo convierten en un héroe cotidiano con el que todo tipo de público puede reconocerse.

En otro renglón, el departamento de diseño digital se distinguió en las divertidas y emocionantes secuencias en donde Scott se convierte en un pequeño sujeto expuesto a enfrentarse a gigantescas hormigas y confrontarse con enemigos de la vida diaria como una aspiradora o un surtidor de agua. A pesar de estos aciertos también apreciamos un confort en la realización y una falta de riesgo en la propuesta, lo que hace que Ant-Man sea más eficaz dentro del público infantil.

Hacia el desenlace sólo nos queda esa sensación de deleite mezclado con la pregunta de lo que hubiese derivado con la explotación del sentido del humor que permea la historia y con un argumento un tanto más inventivo.

En Cartelera: Viernes 17 Julio 2016: Cinépolis, Cinemex.

Por Oscar Uriel / @CinemaMovil_mx