Cassandra y Nicolás llevan varios años manteniendo una relación, compartiendo profesión como críticos de cine, aunque constantemente separados por el fanatismo/obsesión que ella profesa hacia el género de terror, el morbo que le provocan las imágenes violentas en pantalla, y la necesidad de encontrar aquella película definitiva con la que consiga saciarlo; razón que ha provocado más de una discusión y reproche.
Una noche, concluida una malograda mesa redonda en torno al horror, en la que ambos participan defendiendo acaloradamente sus posturas y se va revelando lo fracturada que se encuentra la pareja, Cassandra recibe una misteriosa invitación a la proyección underground-cuasi clandestina-sólo para iniciados de un filme con sugerente título en rumano dentro de una sórdida, olvidada y semi vacía sala de la ciudad. El verismo y la crueldad infligida a través del metraje, no sólo será visto con azoro y repulsión por esta mujer, sino que no tardará en trastocar su cotidianidad doméstica.
Basado en Budget Cinema, multi premiado cuento escrito por Cliff R. Barlow, Sânge, cortometraje de Percival Argüero Mendoza, es una intrigante pieza dentro del cine de género que dará de qué habla durante los siguientes meses. La cinta, más allá de retomar la mitología snuff con su criminal proveniente de Europa central convertido en sui generis director de culto, y de sus escenas gráficamente explícitas, cortesía del especialista en maquillajes sanguinolentos Alfredo García (nuestro propio Tom Savini), explora brillantemente en unos cuantos minutos, miedos primigenios, fascinaciones malsanas, fantasías oscuras, pulsiones enfermizas. Aquí tenemos pues, un fuerte candidato a realizar un segmento para la anunciada secuela de México Bárbaro.
Teniendo como antecedente directo a 24 Cuadros de Terror (Christian González, 2007), aquel chilli giallo (Ayala Blanco dixit) con su vulnerable y asexuada editora de comerciales pinches, secuestrada y obligada a solucionar el montaje de una meta-película hecha por un asesino en serie que ha trocado de cuerpo durante varias décadas; tenemos aquí a Andrea Portal como esta mujer que sin proponérselo confronta a lo ignoto sentada en una vieja butaca.
El rostro de Portal, con su cambio de gesticulación, transmite perfectamente ese estupor que nos remite a aquella primera ocasión que fuimos a una sala y sentimos un sudor frío recorriendo el cuerpo entero. De esta manera, Sânge confirma que el horror es el cine de la imaginación, de lo irreal y de las pesadillas más terribles, sensuales, sugerentes y perturbadoras.
Sânge en Macabro 2015: 25 Agosto (Cinematógrafo del Chopo), 27 Agosto (La Casa del Cine, Laboratorio Arte Alameda), 3 Septiembre (Faro de Oriente).