«Pero, ¿qué necesidad?», es la pregunta que surge ante el anuncio de una nueva película inspirada en videojuegos; si ya nos divertimos en nuestra consola, ¿por qué arruinarlo haciendo una mala adaptación sólo para atraer a los más acérrimos fans de la saga en turno?
Ejemplos de éxito tenemos pocos, como Resident Evil, una de las franquicias más rentables de la industria que va por su sexta y última entrega (según Paul W. S. Anderson) y cuya recaudación según Capcom ya rebasa los $1,000 millones de dólares a nivel mundial.
Sin embargo, no todas las cintas basadas en videojuegos han disfrutado del mismo éxito y tenemos en los siguientes ejemplos la más clara muestra de dónde radican sus fallos.
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7) Max Payne (John Moore, 2008)
La saga de Max Payne (particularmente la última entrega) combina de gran manera elementos del videojuego con el cómic e incluso la narrativa del cine. ¿Cómo arruinarlo? Con una cinta que pareciera más un trailer live action, que ni Mark Wahlberg como protagónico pudo salvar.
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6) Super Mario Bros. (Annabel Jankel, Rocky Morton, 1993)
No hace falta explicar mucho. La primera cinta basada en un videojuego de la historia, tiene por argumento a dos plomeros que viajan a otra dimensión para salvar a una princesa de las manos del dictador King Koopa. Mucho se ha aprendido desde entonces, sin duda.
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5) Doom (Andrzej Bartkowiak, 2005)
Doom es de esos videojuegos que tuvo todo para ser entretenido y controversial desde el principio: demonios, armas de fuego, Marte y mucha sangre. La película contiene varios de estos elementos, pero imita la perspectiva de first person shooter y básicamente, es un millón de veces preferible jugarlo que ver a los brazos de Dwayne Johnson disparar desde su punto de vista.
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4) DOA: Dead or Alive (Corey Yuen, 2006)
En general los videojuegos de peleas no deberían ser adaptados a la pantalla grande, debido a que en la mayoría de los casos su argumento y formato bidimensional en el cine resultan un desastre. Aquí lo único rescatable son las chicas en bikini… muchas, muchas de ellas.
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3) Double Dragon (James Yukich, 1994)
El mismo caso que el anterior, y no porque no se puedan realizar buenas cintas sobre artes marciales (como muestra el cine de kung fu de los setenta, al cual no se le alcanza a hacer honor aquí), sino porque hay categorías, y ésta básicamente se encuentra entre las peores.
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2) Street Fighter (Steven E. de Souza, 1994)
Aunque a Jean-Claude Van Damme le queda perfecto el papel del Coronel Guile, podemos decir que éste es el único acierto de este memorable videojuego consentido de las maquinitas. No desistieron de la labor e incluso hay una adaptación del 2009, no sabemos si mejor o peor.
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1) Alone in the Dark, de Uwe Boll (2005)
Para todo aquél que padezca la versión en película y no haya pasado el videojuego original, no querrá hacerlo (a pesar de que sea un juegazo, precursor del survival horror a la Silent Hill). Parecía una fórmula de éxito asegurado para lograr un buen thriller, pero los productores sólo consiguieron que fuera calificada como la peor cinta del 2005 en los Stinkers Bad Movie Awards.