A lo largo de la historia del cine mexicano se han hecho grandes películas de terror, que ahora son auténticos clásicos. Se trata de un género que ha sido bien explotado y reinventado en repetidas ocasiones por diferentes directores, entre los cuales sobresalen nuevos talentos como Diego Cohen.
Las cintas mexicanas de terror han encontrado en la independencia la forma ideal de contar historias en las que sus creadores gozan de una libertad absoluta. Esto se agradece al ver sus locuras plasmadas en la pantalla grande mientras un escalofrío recorre el cuerpo.
Perdidos es una producción independiente que se ayuda del subgénero found footage (metraje encontrado) para mostrar lo que sucede con un grupo de cuatro jóvenes que pasan por una situación terrorífica, la cual inmediatamente remite a filmes como The Blair Witch Project.
Un aspirante a director convoca a tres amigos para que le ayuden a filmar un documental en las instalaciones de unos baños abandonados, en los que supuestamente han ocurrido fenómenos paranormales. El equipo está emocionado y aprovecha el pretexto de realizar un proyecto de tesis para captar pruebas verdaderas de hechos sobrenaturales; cuestiones que a veces es mejor dejar en paz.
La película cuenta con un presupuesto modesto, y esto se nota, pero en realidad es algo que le otorga un estilo visual propio y bastante adecuado para contar su historia. Da la impresión que realmente se encontraron abandonadas las grabaciones que funcionan como el testimonio audiovisual de algo perturbador.
Perdidos representa muy bien al cine de terror mexicano actual y deja en que Diego Cohen, cineasta emergente del género, tiene un gran futuro.
Perdidos en Macabro 2015: 27 Agosto (Cinematógrafo del Chopo).