The Man from U.N.C.L.E. (El Agente de C.I.P.O.L.) tuvo la malaventura de estrenarse en los Estados Unidos el mismo día que arribó Straight Outta Compton (Letras Explícitas). Aunque se vaticinaba que la versión fílmica de aquel nostálgico serial televisivo sería el título triunfante ese fin de semana, la ganadora fue la película sobre el boom de la música rap.
Tal inesperado éxito eclipsó de alguna forma a la peculiar interpretación del programa de televisión producido en la década de los sesenta, que planteaba la asociación de dos distantes espías: el norteamericano Napoleon Solo y el soviético Illya Kuryakin, todo esto en plena paranoia de la guerra fría.
Considerando que la reciente versión fílmica pasó un tanto desapercibida en su estreno en el norte del continente, hay varios aciertos en ella que nos gustaría destacar ahora que llega a México. Esta producción, a pesar de contar con el respaldo de un importante estudio cinematográfico y de un evidente presupuesto generoso, es una traslación de divertimento de primera en la que podemos percibir el estilo genuino que ha destacado las películas de Guy Ritchie.
Algunos de los títulos del realizador inglés han funcionado mientras que otros resultaron sendos fracasos, pero nadie puede refutar del carácter auténtico encontrado en sus diversos trabajos. Edición trepidante, personajes carismáticos, diálogos ingeniosos e incluso una ácida apreciación del momento político están presentes en The Man from U.N.C.L.E. También podemos notar una evidente madurez en el quehacer del cineasta, sobre todo en el tempo de su puesta en escena.
Como suele suceder en las cintas de Ritchie, su elenco está integrado por atractivas y graciosas personalidades, en este caso Henry Cavill (mucho más efectivo que en Man of Steel), Armie Hammer (un talento en despunte) y Alicia Vikander (a quien veremos en un puñado de estrenos próximos) son el trío protagonista: Napoleon, Illya y Gaby, arquetipos que parecen extraídos de las novelas de espionaje de John Le Carre, pero aderezados con una buena dosis de humor
The Man from U.N.C.L.E. básicamente trata de nada. Los involucrados quieren evitar que un grupo de sofisticados Nazis produzca armas nucleares… y eso es todo. Entendido esto, Ritchie coloca a sus participantes en elegantes sitios, donde conviven con acartonados villanos. Así, la película resulta por demás divertida y su desenlace sirve como el planteamiento de una posible secuela, por ende es una verdadera lástima que, ante los infortunados resultados en la taquilla, el espectador no continúe disfrutando de esta tercia de atractivos y simpáticos personajes que optan por el espionaje como mero divertimento.