Un festival de cine como el de Toronto también funge como trampolín para las interpretaciones que podrían considerarse como las distintivas del año. El ruido de la temporada de premios inicia aquí, por lo que productores y distribuidores se apresuran a terminar sus películas que presentan caracterizaciones a reconocer. A diferencia de otras ediciones, ahora son los caballeros quienes han llamado la atención. Exponemos tres cuestiones que han surgido en el festival hasta ahora.
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Legend (Brian Helgeland)
Ahora es Brian Helgeland el comisionado para reinterpretar la vida de los infames hermanos Krays. Existen varias versiones cinematográficas que abordan el mismo tema (destacando la cinta noventera The Krays de Peter Medak y protagonizada por los hermanos Kemp), por lo que la historia de los criminales más célebres en los swing sixties de Londres es conocida entre la audiencia.
No es la puesta en escena de Helgeland lo que prepondera esta producción, sino la memorable actuación de Tom Hardy, quien caracteriza a los dos hermanos: Reggie y Ron, aparentemente desemejantes entre sí pero con más similitudes de las que se podrían leer a simple vista. Es Hardy el eje central, inyectándole un obscuro sentido del humor.
La cinta nace de una firme apuesta que tiene que ver más con la recreación de la época, y con la ironía de los acontecimientos, que con la presentación del extraño vínculo existente entre estos dos gemelos, para muchos un par de mediocres delincuentes que supieron revestir sus actos con cierto aire mundano falso.
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Black Mass (Scott Cooper)
La más floja de estas tres películas. Otra producción americana centrada en la figura de un mafioso, dirigida por Scott Cooper (cuyas películas previas me parecen mejor logradas que esta). Su mérito es la mejor actuación de Johnny Depp en años, con su singular aproximación a James «Whitney» Bulger, quien aterró a la comunidad de Boston en la década de los setenta.
Se trata también de la recreación de una de las alianzas más desprestigiadas en la historia de la policía americana (aquí representada por Joel Edgerton): cuando hacen un pacto con Bulger para rematar a la mafia italiana, siendo el motor del abuso de poder protagonizado por Whitney y su hermano (Benedict Cumberbatch) durante años en la región.
La cinta termina por ser una experiencia trivial si se toma en cuenta otras obras del género. Seguramente Black Mass se verá perdida entre otros títulos similares más no así la notable actuación de Depp, quien se transforma en un personaje ajeno a todo lo que le habíamos visto a lo largo de su carrera.
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The Danish Girl (Tom Hooper)
De Venecia arriba este esperado título dirigido por Tom Hooper y basado en el libro del mismo nombre de David Ebershoff. Es una mezcla de los acontecimientos sucedidos a principios del siglo pasado en Copenague con cierta ficción, para crear el relato de uno de los primeros transgéneros en someterse a una intervención quirúrgica con la finalidad de cambiar de sexo: la enigmática Lili Elbe (Eddie Redmayne).
Al igual que las anteriores cintas, el actor protagónico está por encima del material. Hooper se aproxima a la historia con una sensibilidad más estética que de sustancia; la cinta se caracteriza por una espléndida dirección de arte y cinematografía (probablemente sea el título visualmente más atractivo del director), sin embargo la anécdota requería cierta aspereza que nunca encontramos.
A pesar de esto, la sueca Alicia Vikander explota al máximo su oportunidad como Gerda, la fiel esposa de Einar Wegener antes de que este se transforme en Lili. The Danish Girl llega en tiempos convenientes por lo que probablemente se evoque más como una cinta con temática urgente que por su relevancia cinematográfica.
Queremos agradecer a Michelle Revuelta y Elizabeth Vaca las facilidades prestadas para la cobertura de TIFF40.