Uno de los fenómenos usuales que ocurren en los distintos festivales de cine es sobrevalorar películas que posteriormente se enfrentan a su realidad en la cartelera comercial. A lo largo de estos años que hemos estado cubriendo los principales eventos fílmicos, hemos notado esta situación con frecuencia. El festival de Toronto no es la excepción y como muestra mencionaremos…
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Brooklyn (John Crowely)
El melodrama británico canadiense llegó al TIFF despúes de una exitosa presentación en Sundance, donde recibió alabanzas y reconocimientos por parte del público y crítica quienes aludían el descubrimiento de una nueva «gran película» americana.
Brooklyn es una correcta cinta de impecables valores de producción pero nada más, no el clásico moderno que han tratado de vender rumbo a los premios Oscar. Se trata de la más reciente misión del director de teatro John Crowley por trasladar al cine la célebre novela de Colm Toibin; un relato que se centra en la figura de Ellis Lacey (una sobresaliente Saoirse Ronan), una jovencita irlandesa que se traslada al continente americano con la finalidad de mejorar su vida.
Lo relevante de Brooklyn es el retrato que Crowley hace de la región despúes de la Segunda Guerra Mundial, la conducta de los migrantes en tierra de promesa y la reproducción del sentimiento de optimismo y nostalgia de quienes cruzaban el Atlántico para afincarse en un semi poblado Brooklyn. La cinta es prácticamente una convencional historia de amor muy bien contada pero no la «obra maestra» que los críticos señalaron despúes de su estreno en Sundance. Brooklyn podría ser una de esas cintas que proyectan los canales de televisión de paga una y otra vez en horario familiar un domingo por la tarde.
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Truman (Cesc Gay)
Al leer la sinopsis de la nueva película del catalán Cesc Gay podríamos pensar que es otro complaciente melodrama ibérico, pero las actuaciones de Ricardo Darín y Javier Cámara la salvan. Lo que Gay plantea lo hemos visto en decenas de cintas que tocan la historia de un hombre desahuciado (Darín en esta ocasión), quien se hace acompañar de su mejor amigo (Cámara) días antes del inevitable final. ¿Suena a telenovela? Por supuesto, pero los dos experimentados histriones soportan la trillada anécdota con interpretaciones que se alejan del sentimentalismo. Gay ofrece una película mediana que seguramente pasará discretamente en Toronto.
Agradecemos a Michelle Revuelta y Elizabeth Vaca las facilidades prestadas para la cobertura del evento.