Hace unos días un grupo de colegas tratamos de definir la última película de Ridley Scott. Los veredictos fueron variados y es que el trabajo del Scott tiende a polarizar opiniones. Tal es el caso de The Martian (Misión Rescate), la cual llega a pantallas cinematográficas del país este fin de semana tras su exitoso paso por el festival de Toronto, donde logró abarrotar las numerosas funciones que tuvo.
Ahora, aunque The Martian se queda lejos de aquel churrazo que constituyó Exodus: Gods and Kings (la comedia involuntaria del 2014, si me preguntan), tampoco puede considerarse un destacado título dentro de la filmografía del director.
La cinta está basada en el popular best seller de Andy Weir (quien primeramente se auto publicó en la red), el cual se convirtió en un verdadero fenómeno literario. El perspicaz olfato de Scott (quien también es un prolífico productor) lo llevó a adquirir los derechos y convertir el texto en un vehículo de lucimiento exclusivo para Matt Damon, quien caracteriza a Mark Watney, un astuto astronauta abandonado en solitario en el planeta Marte por mero accidente.
The Martian no es más que la suma de elementos de Robinson Crusoe con algunas ideas de Gravity para culminar en un largo y bien producido comercial de la NASA. A pesar de su duración (dos horas y media), la cinta tiene un ritmo ligero, lo que permite que la experiencia sea llevadera.
La trama está compuesta por una serie de extravagantes supuestos científicos (respaldados por la investigación a fondo del guionista Drew Goddard), así dan licencia para narrar una serie de inverosímiles y absurdos sucesos que unen al solitario Mark con el equipo en Tierra integrado por capaces y temperamentales expertos y ejecutivos de la NASA (desde Chiwetel Ejiofor hasta una fuera de lugar Kristen Wiig) y por supuesto con la tripulación de la misión original comandada por Jessica Chastain.
No nos queda la menor duda que Scott es un conocedor en el oficio de crear grandes producciones cinematográficas que complacen a la audiencia, por lo que seguramente The Martian será todo un éxito en taquilla. En lo personal, rescato el sentido del humor implícito en la trama, como el hecho que Mark sea un hábil experto en botánica y emocionalmente estable astronauta que le permite convertir el planeta Marte en su segunda casa. Además posee un tono jocoso al grabar su videodiario como bitácora, lo que mantiene la atención del espectador durante la prolongada función.
Pero eso es todo. Probablemente The Martian resulte una entretenida película dominguera que plazca a todo tipo de público pero lejos está de títulos como Alien y Blade Runner, los cuales convirtieron a Scott en uno de los visionarios definitivos de toda una generación.